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Por: Teologo-Informatico. Roberto Romero |
La
cambiante sociedad actual, a la que llamamos sociedad de la información, está
caracterizada por los continuos avances Científicos (bioingeniería, nuevos materiales,
microelectrónica) y por la tendencia a la globalización económica y cultural
(gran mercado mundial, pensamiento único neoliberal, apogeo tecnológico,
convergencia digital de toda la información...). Cuenta con una difusión masiva
de la informática, la telemática y los medios audiovisuales de comunicación en
todos los estratos sociales y económicos, a través de los cuales nos
proporciona: nuevos canales de comunicación (redes) e inmensas fuentes de
información; potentes instrumentos para el proceso de la información; el dinero
electrónico, nuevos valores y pautas comportamiento social; nuevas simbologías,
estructuras narrativas y formas de organizar la información... configurando así
nuestras visiones del mundo en el que vivimos e influyendo por lo tanto en
nuestros comportamientos.
La
sociedad de la información también se denomina a veces sociedad del
conocimiento (enfatizando así la importancia de la elaboración de conocimiento
funcional a partir de la información disponible), sociedad del aprendizaje
(aludiendo a la necesidad de una formación continua para poder afrontar los constantes
cambios sociales), sociedad de la inteligencia (potenciada a través de las
redes - inteligencia distribuida-).
Como destaca Castells (1997), frente a una primera
revolución industrial sustentada en la máquina de vapor, y una segunda apoyada
en la utilización masiva de la electricidad, la actual tercera revolución (que
supone el auge del sector terciario) tiene como núcleo básico y materia prima
la información y nuestra creciente capacidad para gestionarla, especialmente en
los campos de tratamiento de la información simbólica a través de las TIC y el
tratamiento de la información de la materia viva mediante la ingeniería
genética y la biotecnología. Hay que tener en cuenta que históricamente,
siempre que han incrementado las capacidades de comunicación de las personas, a
continuación se han producido cambios sustanciales en la sociedad.
Estamos en una época que nos sitúa frente a un
nuevo paradigma tecnológico que revoluciona todas las formas de hacer negocios
y comercio. Estamos hablando de un desarrollo que es el centro del proceso de
globalización y que le da a la tecnología una vez más la batuta como
instrumento de desarrollo económico. Este cambio de patrón tecnológico, que
revoluciona todas nuestras comunicaciones, la manera de hacer negocios, cómo
comprar y vender, igualmente, nos brinda nuevas herramientas para la salud,
educación, comercio, etc. El crecimiento y la expansión tecnológica crean una
nueva configuración global no exenta de retos y complicaciones. La influencia
de las tecnologías de la información es inevitable dentro de la nueva economía.
¿Qué entendemos por nueva economía?
El nuevo paradigma nos sitúa ante un mundo en donde
es más importante la utilización del conocimiento y la información que el
trabajo manual. Estamos ante un mundo en donde la tecnología y las
comunicaciones se convierten en la base del crecimiento económica y de la
generación de riquezas.
Efectivamente un mundo en donde es más importante
la innovación y la utilización de la información que la creación de bienes
masivos. Hemos pasado de economía basadas en la agricultura, las producciones
de los bienes, a la nueva economía, que nos obliga a no utilizar el factor
duplicador sino el multiplicador en el conocimiento. Estamos ante en un mundo
en el cual los cambios bruscos son constantes y difícil de controlar. Debemos
recordar que la tecnología siempre ha estado a la par de las grandes
innovaciones [1].
Durante la revolución industrial se desarrollo la
mecanización, luego llegaron las maquinas de vapor y los ferrocarriles, la
primera guerra mundial vio el surgir de la ingeniería pesada. Luego la
producción en masa hasta llegar a la microelectrónica en donde la computación,
las telecomunicaciones y la producción en serie nos dan una nueva fisionomía
tecnológica. El Internet es entendido como la causa y efecto de la nueva
economía.
¿Cuáles son las características de la nueva
economía?
En primer lugar que es global en su esencia a
diferencia de la tradicional local o multinacional. En segundo lugar se basa en
lo intangible más que en lo tangible. De allí las discusiones sobre cuando es
un bien y cuando es un servicio. En tercer lugar se desarrolla sobre la base de
las redes. La interconexión como soporte. Allí garantiza su carácter global.
Como diría Kevin Kelly [2] pasamos de un mundo de lo duro a la blando. Estamos
ante una realidad en donde el valor de lo intangible comienza a superar el
valor de lo material. De allí que el valor del comercio Internacional estará
determinado en gran parte por la capacidad que tengan los países de adaptarse a
los recursos de lo intangible para efectivamente penetrar y controlar mercados.
En el caso de Venezuela nuestra posibilidad de competir en el mercado de
derivados del petróleo no lo determinara exclusivamente, el bien, sino la
capacidad de utilizar un intangible como lo es el manejo de la información, que
es la base de la nueva economía.
Estas tecnologías nos permiten, como país en
desarrollo, estar frente a la oportunidad de dar un salto cualitativo (leap
frog) de acceso a nuevas tecnologías que por sus características nos puede
permitir estar al frente de un nuevo desafío o paradigma para impulsar el
desarrollo. Por ello, debemos aprovechar las ventajas que el crecimiento del
sector servicios tendrá en el mundo y en donde un país como Venezuela puede
obtener grandes ventajas de penetración de nuevos mercados conjuntamente con el
desarrollo de la producción de manufacturas o la exportación de materia primas.
Esta nueva avalancha de oportunidades sin duda será de un gran beneficio para
el desarrollo de la economía nacional así como su inserción en las redes del
Comercio Mundial.
El futuro y Venezuela (marco legal venezolano)
La participación de Venezuela ante los retos de la
nueva economía la hemos fundamentalmente visto en dos frentes. Parte del sector
privado activo pero cauto en cuanto a su adaptación a las reglas de la nueva
economía aunque consciente de las grandes oportunidades por delante. Por otra
parte un sector oficial dispuesto a desarrollar las capacidades políticas
necesarias de las que nos habla Bruno Lanvin. En tercer lugar un grueso
segmento de la población con capacidades para absorber las nuevas tecnologías.
De las políticas que apliquemos hoy como pasos hacia el desarrollo dependerá
nuestra inserción en un nuevo mundo que creará mercados, negocios y trabajos
basados en esta fuente de generación de riqueza.
De allí que iniciativas como las del decreto sobre
acceso y uso de Internet como política prioritaria para desarrollo del país se
convierta en un paso importante de Venezuela al darle prioridad a la necesidad
de insertar al país en la sociedad del conocimiento y de los procesos de
globalización. Rubens Ricupero nos recuerda que los estados Unidos han logrado
avances extraordinarios en el campo de la tecnología alcanzando los beneficios
de un mayor crecimiento económico y creación de empleos [3].
El denominado Decreto sobre Internet está enmarcado
dentro del plan nacional de telecomunicaciones que entre otros objetivos tiene
el de incentivar el uso de internet a todos los niveles y mejorar la calidad de
vida de la población, a través del uso de los servicios de telecomunicaciones.
El instrumento legal reconoce que ese es un medio que permite acceder a nuevos
conocimientos y por ello ordena a los organismos públicos en general a utilizar
preferiblemente para el intercambio de información, mejoramiento profesional y
divulgación cultural. Los distintos Ministerios están obligados a presentar los
respectivos planes de divulgación.
Como todo reto estamos al frente de opciones que
nos brindan beneficios pero podrían en apariencia ofrecer peligros. Entiendo
que estamos al lado de las oportunidades y de los beneficios. El primero de
estos es que estamos ante una oportunidad para estimular la transferencia de
tecnología y el crecimiento de las tecnologías de la información para los
países en desarrollo. Esto nos permitirá tener mayor acceso a mercados y
cadenas de distribución. Podemos formar parte activa de mercados verticales a
menor costo que las tradicionales permitiendo a quien produce tener acceso a su
fuente final eliminando así el intermediario como parte del eslabón tradicional
entre quien produce y consume. Estas tecnologías nos permiten tener acceso a
nuevos procesos educativos, culturales y comerciales. Vemos entonces un número
importante de beneficios para los consumidores, al reducirse los costos de
interconexión, contacto y envío. En resumen una serie de beneficios se
obtendrán incluyendo la reducción de barreras que es quizás el gran obstáculo a
nuestra plena participación en el Sistema Mundial del Comercio.
Por lo pronto, como decíamos antes, no estamos exentos
de peligros. Un auge vertiginoso como el que vemos en estos sectores, sin una
participación activa de nuestra parte, nos puede dejar sin la opción de
beneficios, dejándonos al margen de esta revolución en marcha.
Nuestra inserción dependerá de las políticas
adecuadas que tanto los sectores productivos y públicos desarrollan, así como
la superación que se derivan de políticas activas en el sector servicios.
Nuestros países encontrarán los inconvenientes que derivan de todo salto
cualitativo en donde el proceso de adaptación puede ser arduo pero seguramente
al final del camino muy beneficioso.
La pequeña y mediana empresa tienen ante sí un
valioso instrumento que puede permitirles presentarse ante el mundo de la
competencia como un medio que los puede hacer grandes. El Comercio Electrónico
da una oportunidad que basándose en la capacidad técnica y el «talento» puede
brindarle a los pequeños actores con capacidad para penetrar mercados como
nunca antes fue posible.
En la Organización Mundial del Comercio los países
han acordado reafirmar la importancia del Comercio Electrónico y su potencial
para crear nuevas oportunidades para el comercio y el desarrollo. Los países
han acordado que se deben aplicar las disciplinas de la OMC, particularmente
los compromisos que se desprenden del Acuerdo de Servicios.
Por otra parte los países han acordado continuar la
práctica de no imponer impuestos de aduana a las transmisiones electrónicas,
así como evitar medidas que puedan desestimular el auge y crecimiento del
medio. Un país como Venezuela debe, sin restricciones, estimular las
inversiones en estos sectores, propiciar medidas que contribuyan a reducir los
costos de acceso a Internet y de esta manera el desarrollo de una
infraestructura de la Información Global. Un estado con cara al futuro debe
propiciar la cultura de estas tecnologías a través de un proceso educativo
agresivo que llegue a todos los sectores de la población, por cuantos medios
posibles estén al alcance [4].
En el futuro próximo todas las tecnologías
evolucionaran, todo va a cambiar. Entonces, ante qué criterio estamos; ¿Se que
creará más dependencia, para nuestros país, o más soberanía? ¿Queremos ser
actores privilegiados de los cambios que se nos avecinan? ¿Seremos capaces de
ser pasivos ante los retos que la informática y la tecnología?. Se le hace poco servicio a Venezuela cuando
abordamos este tema con indiferencia o superficialidad.
En definitiva participar activamente en el sector
significará tener acceso a tecnologías de punta, aprovechar nuevos recursos
para la educación, tener acceso a mayor información y ampliar la capacidad de
penetrar mercados.
La revolución de la tecnología puede perfectamente
brindar ventajas para los países que independientemente de su desarrollo
económico aprovechen a tiempo con políticas definidas y estables que estimulen
el desarrollo del fenómeno en beneficio de las mayorías. Sobre cuáles serán los
beneficios finales de las tecnologías de la información en Venezuela no creo
que tengamos respuesta. Pueden beneficiarnos o no dependiendo de cuales políticas
asumamos, cuales disciplinas mantengamos y cuales incentivos otorguemos para
garantizar la debida atracción de los agentes transformadores de cambio en esta
revolución tecnológica.
Notas
[1] Ver
conferencia del secretario general de la UNCTAD en el simposio sobre
Tecnologías de la Información, N.Y 5 de julio 2000.
[2]
Kevin Kelly, New Rules for the New Economy, Wired Magazine, Penguin Books,
1998.
[3]
Bruno Lanvin en Developing Countries in the new E-Conomy, IOS Press.
[4] Ver http://www.analitica.com/bitblioteca/ohernandez/globalizacion.asp.
Editor: Teólogo-Informático Roberto Romero
Prensa Digital Notic Voz el Cajigalense; Yaguaraparo, Municipio Cajigal, Estado Sucre, Venezuela.
Dirección Internet: http://robertoromeropereira.blogspot.com/