8/10/2014
(Lic. Miriam I Martínez)
Hace poco, en un foro sobre la
educación de los hijos, leí una entrada de una madre preocupada porque sus
hijos, de cuatro años y año y medio, no sabían lo suficiente. "¿Qué debe
saber un niño de cuatro años?", preguntaba.
Las respuestas que leí me llamaron
mucho la atención. Una madre indicaba una lista de todas las cosas que sabía su
hijo. Contar hasta 100, los planetas, escribir su nombre y apellido, y así
sucesivamente. Otras presumían de que sus hijos sabían muchas más cosas,
incluso los de tres años. Algunas incluían enlaces a páginas con listas de lo
que debe saber un niño a cada edad. Solo unas pocas decían que cada niño se
desarrolla a su propio ritmo y que no hay que preocuparse.
Pensé que probablemente la
respuesta de esas mujeres a una madre angustiada fuera añadirle más
preocupación. Somos una cultura tan competitiva que hasta nuestros niños en
edad preescolar se han convertido en trofeos de los que presumir. Pero
atención!!! La infancia no debe ser una carrera que arroja por resultado niños ganadores
y niños perdedores.
Alicia Bayer, una mujer
norteamericana que se interesa por los temas de infancia y educación, hace una
lista de aquellas cosas importantes que debe saber un niño/a de 4 años. Me
pareció hermosa y la comparto:
1.Debe saber que lo quieren por
completo, incondicionalmente y en todo momento.
2. Debe saber que está a salvo y
además cómo mantenerse a salvo en lugares públicos, con otra gente y en
distintas situaciones. Debe saber que tiene que fiarse de su instinto cuando
conozca a alguien y que nunca tiene que hacer algo que no le parezca apropiado,
se lo pida quien se lo pida. Debe conocer sus derechos y que su familia siempre
lo va a apoyar.
3. Debe saber reír y utilizar su
imaginación. Debe saber que nunca pasa nada por pintar el cielo de color
naranja o dibujar gatos con seis patas.
4. Debe saber lo que le gusta y
tener la seguridad de que se le va a dejar dedicarse a ello. Si no le apetece
nada aprender los números, sus padres tienen que darse cuenta de que ya los
aprenderá, casi sin querer, y dejar que en cambio se dedique a las naves
espaciales, los dinosaurios, a dibujar o a jugar en el barro.
5. Debe saber que el mundo es
mágico y él también. Debe saber que es fantástico, listo, creativo, compasivo y
maravilloso. Debe saber que pasar el día al aire libre haciendo collares de
flores, pasteles de barro y casitas de cuentos de hadas es tan importante como
aprender los números. Mejor dicho, mucho más.
PERO MÁS IMPORTANTE ES LO QUE
DEBEN SABER LOS PADRES:
1.Que cada niño aprende a andar,
hablar, leer y hacer cálculos a su propio ritmo, y que eso no influye en
absoluto en cómo de bien ande, hable, lea o haga cálculos después.
2. Que el factor que más influye
en el buen rendimiento académico y las buenas notas en el futuro no son los
manuales, ni las guarderías elegantes, ni los juguetes caros, sino que mamá o
papá dediquen un rato cada día o cada noche (o ambos) a compartir momentos de
juego, lectura, dibujos y risas con sus hijos.
3. Que ser el niño más listo o
más estudioso de la clase nunca ha significado ser el más feliz. Estamos tan
obsesionados por tratar de dar a nuestros hijos todas las "ventajas"
que lo que les estamos dando son unas vidas tan pluriempleadas y llenas de
tensión como las nuestras. Una de las mejores cosas que podemos ofrecer a
nuestros hijos es una niñez sencilla y despreocupada.
4. Que nuestros niños merecen
vivir rodeados de libros, naturaleza, utensilios artísticos y, lo más
importante, libertad para explorarlos. La mayoría de nosotros podríamos deshacernos
del 90% de los juguetes de nuestros hijos y no los echarían de menos, pero
algunos son importantes: juguetes creativos como los LEGO y los de encastre,
una buena cantidad de témperas y plastilinas, los instrumentos musicales, los
disfraces, y libros y más libros. Necesitan libertad para explorar con estas y
otras cosas, amasar pan y ponerlo todo perdido, usar pintura, plastilina y
purpurina en la mesa de la cocina mientras hacemos la cena aunque lo salpiquen
todo, tener un rincón en el jardín en que puedan arrancar la hierba y hacer un
cajón de barro.
5. Que nuestros hijos necesitan
tenernos más. Hemos aprendido tan bien eso de que necesitamos cuidar de
nosotros mismos que algunos lo usamos como excusa para que otros cuiden de
nuestros hijos. Claro que todos necesitamos tiempo para un baño tranquilo, ver
a los amigos, un rato para despejar la cabeza y, de vez en cuando, algo de vida
aparte de los hijos. Pero vivimos en una época en la que las revistas para
padres recomiendan que tratemos de dedicar 10 minutos diarios a cada hijo y
prever un sábado al mes dedicado a la familia. ¡Qué horror! Nuestros hijos
necesitan la Nintendo, los ordenadores, las actividades extraescolares, las
clases de ballet, fútbol e inglés mucho menos de lo que nos necesitan a
NOSOTROS. Necesitan a unos padres que se sienten a escuchar su relato de lo que
han hecho durante el día, unas madres que se sienten a hacer manualidades con
ellos, padres y madres que les lean cuentos y hagan tonterías con ellos.
Necesitan que demos paseos con ellos en las noches de primavera sin importarnos
que el pequeñajo vaya a 150 metros por hora. Tienen derecho a ayudarnos a hacer
la cena aunque tardemos el doble y trabajemos el doble. Tienen derecho a saber
que para nosotros son una prioridad y que nos encanta verdaderamente estar con
ellos.
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Mucho para reflexionar como
padres, educadores, o desde el lugar que nos toque en contacto con uno de los
tesoros más preciosos: LA INFANCIA.
Editor: Teólogo-Ingeniero Informatico: Roberto Romero
Prensa Digital Notic Voz el Cajigalense; Yaguaraparo, Municipio Cajigal, Estado Sucre, Venezuela.
Dirección Internet: http://robertoromeropereira.blogspot.com/
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