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Por. T.S.U. Roberto Romero |
Partiendo de esa relación de la actividad
física y calidad de vida cabe mencionar que la práctica regular de la actividad
física mejora sustancialmente la calidad de vida de las personas que la
practican. “Un creciente cuerpo de investigación ha sugerido que la
participación en actividad física (AF) regular trae consigo múltiples
beneficios en el ámbito físico, psicológico y socio afectivo de quienes lo
practican” (Fogelholm, Kukkonen y Harjula, 2000; Gózalo, 1999; Hall, Ekkekakis
y Petruzzello, 2002; Lawlor y Hopker, 2001; Martín, Hagger, Nikos y Stuart,
2002; Ming, Anderson y Lau, 2003; Prentice y Jebb, 1995; Sánchez y Canton,
1999; Tu, Stump, Damush y Clar, 2004).
La
Organización Mundial de la Salud (OMS) define la actividad física (AF) como
“todos los movimientos que forman parte de la vida diaria, incluyendo el
trabajo, la recreación y las actividades deportivas”; sin embargo, la actividad
física es un término amplio que abarca actividades que varían en intensidad,
duración y gasto calórico, entre otras (Contreras, 2003), pero que finalmente
se encuentra implícita en todas las actividades de la vida cotidiana y se puede
llevar a cabo en el ámbito laboral, escolar y en el hogar (Bagur y Serra,
1999).
Entre
los beneficios de la AF a nivel físico
se encuentran: mejor funcionamiento del sistema cardiovascular,
respiratorio, digestivo y endocrino, fortalecimiento del sistema osteomuscular,
aumento de la flexibilidad, disminución de niveles séricos de colesterol y
triglicéridos, intolerancia a la glucosa, obesidad y adiposidad (Peralta, 1999;
Per-Olof y Rodahl, 1992; Veldhuis et al., 2002; L. Wideman, J. Weltman y
Hartman, 2002).
Por
otra parte, los beneficios psicológicos
están muy relacionados con una mayor tolerancia al estrés, adopción de hábitos
protectores de la salud, mejora del auto concepto y la autoestima, disminución
del riesgo percibido de enfermar, prevención del estrés, efectos
tranquilizantes y antidepresivos, mejora en los reflejos y la coordinación,
aumento en la sensación de bienestar, prevención del insomnio, regulación de
los ciclos de sueño y mejoras en los procesos de socialización (Gózalo, 1999;
Sánchez y Cantón 1999).
Los beneficios también pueden apreciarse en
los procesos cognoscitivos como la
memoria, la planificación y la toma de decisiones (V. Carratalá y E. Carratalá,
2000; Davis, Keneddy, Ravelski y Dionea, 1994; Dwey, Connan, Leitch, Hetzel y
Baghurst,1983; Linder, 1999; Linder, 2002; Neeper, Pinilla, Choi y Cotman,
1996; Shephard, 1997; Stone, 1965; Tremblay, Inman y Wilms, 2000 como se citó
en Ramírez, Vinaccia y Ramón, 2004).
En
cuanto a los beneficios de la AF sobre la salud
mental, se ha encontrado que reduce la depresión clínica y puede ser tan
efectiva como los tratamientos tradicionales (psicoterapia). Además, la
práctica de AF en mujeres jóvenes que padecen de anorexia hace que disminuyan
algunas de sus conductas auto lesivas (Arent y Landers, 2001; Ceballos, Ochoa y
Cortez, 2000; Salazar, Solis y Barbosa, 1996).
La
actividad física se ha considerado y ahora aún más un componente importante en
los estilos de vida de una persona ya que satisface múltiples necesidades
sociales para el mejoramiento de la calidad de vida y para el máximo
desarrollo humano y social de los
individuos. La calidad de vida, es decir, la posibilidad de que las personas y
los grupos desarrollen sus potencialidades, se convierte desde esta
concepción orientada al bienestar en el
referente cualitativo de la actividad física relacionada con la salud.
La
actividad física se debe ver no solo
desde los beneficios que proporciona a la salud, sino desde los distintos
contextos sociales, ya que posibilitan la visualización de los beneficios en la
calidad de vida de las personas, en las diferentes etapas de su ciclo vital y así
mismo los resultados en salud.
Actualmente
la práctica de la actividad física demanda un interés hacia la calidad de vida
de las personas; las diferentes instituciones intentan inducir un estilo de verdad
que promueva la salud y por su puesto la actividad física es una de las
actividades que generan una calidad de vida para las personas. Además existen
otros factores o distintas condiciones presentes en la población que temprana
edad se relacionan con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades en el futuro
y en esto tiene mucho que ver la evolución tecnológica, ya que las actividades
de otra época donde se demandaba un mayor esfuerzo, hoy en día son recuerdos.
La
actividad física es otra cosa esencial para el cuerpo. Todo el cuerpo ha sido
hecho para la acción y a menos que se mantenga sanas las facultades físicas
mediante el ejercicio activo, las facultades mentales no podrían rendir por
mucho tiempo toda su capacidad y tener
mejor calidad de vida. La acción constituye una ley de nuestro ser. Cada órgano
tiene su función. Si no trabaja, quedara débil. Un brazo atado por algún tiempo
no podrá trabajar. El principal objeto
del la actividad física es desarrollar la resistencia de los músculos (no su
tamaño) y la destreza, gracia, simetría y armonía general del cuerpo. La
tendencia moderna es hacia lo sedentario, la inercia, el trabajo mental y no de
los músculos. No desarrolla gigantes físicos, pero sí, gigantes cerebrales.
Desde
época antiguas sabemos que la supervivencia dependía de la actividad física por
ejemplo la caza, la agricultura, entre otras; de una actividad tan común como
lo es una caminata se ha pasado al vehículo de motor, de las escaleras al
ascensor, de la escritura manual al computador portátil, del paseo para hablar
con los amigos al teléfono, el chat y la video conferencia. La falta de
actividad física día tras día trae consecuencias irreparables debidas en gran
parte a toda esa incorporación de medios electrónicos que empeoran la calidad
de vida.
Esa
práctica de actividad física de la población en general también se debe a una
mala planificación de los procesos urbanos, entre ellos el incrementos de transportes
urbanos, los trabajos y pasatiempos que cada día demandan menos esfuerzos
físicos y por el contrario se tienen mayores comodidades para la ejecución de
los mismos.
Y
en la consideración de que los ejercicios físicos aportan al mejoramiento de la
calidad de vida, debemos considerar que la satisfacción con la vida es una de
las dimensiones personales de la calidad de vida que está estrechamente
relacionada con el bienestar subjetivo. Cuando las personas se
vuelven más activas, se reduce el riesgo de que puedan padecer diferentes
enfermedades, y además pueden controlar mejor su peso, incrementar su
resistencia para realizar trabajos físicos y mejorar la salud de sus músculos y
sus huesos. También tienen más posibilidades de que mejore su calidad de vida y
su salud psicológica. La actividad física no sólo puede añadir años de vida,
sino que también se están recopilando pruebas de que añade calidad de vida a
esos años.
Para fomentar la actividad
física es necesaria la intervención concertada de varios organismos que ayuden
a las personas a reducir su sedentarismo e incrementar el ejercicio de
actividades físicas, y que cambien el entorno para potenciar que la gente sea
más activa. Los gobiernos nacionales, regionales y locales tienen que trabajar
más con los urbanistas y planificadores del transporte, los colegios, los
lugares de trabajo y las autoridades sanitarias para fomentar más actividades
como caminar, montar en bicicleta y las actividades deportivas. A su vez, es
responsabilidad de cada persona volver a revisar y evaluar sus prioridades,
para conseguir llevar un estilo de vida que incluya más actividades físicas al
día.
Los
estudios realizados hasta el presente sugieren que la relación entre ejercicios
saludables y bienestar individual existe; independientemente de las ventajas
del entrenamiento físico, es decir que la sensación de bienestar personal, se
relaciona más con el sentimiento de los sujetos acerca de la experiencia física
del ejercicio que realizan, que con el efectivo mejoramiento de su condición
física.
BIBLIOGRAFÍA
CUADERNOS
HISPANOAMERICANOS DE PSICOLOGÍA, Vol. 11 No. 1, 19-37
María
Clara Rodríguez Salazar, Jeannette Molina,
Catherine
Jiménez Muñoz y Tatiana Pinzón Bautista
Universidad
El Bosque
Marzo
15 de 2011
Persona
de contacto: rodriguezmariac@unbosque.edu.co
HOLOGRAMÁTICA – Facultad de Ciencias Sociales –
UNLZ - Año V, Número 9, V1 (2008), pp. 3-17
www.hologramatica.com.ar o www.unlz.edu.ar/sociales/hologramatica
ISSN 1668-5024. Presentado por Lady Johana Virguez moreno
Pontificia universidad javeriana . Faculatad de enfermería departamento de
salud colectiva Bogotá d.c 2009.
Roberto Romero. (1 de
Octubre de 2012). El Ejercicio y el Trabajo. Yaguaraparo, Sucre, Venezuela:
Prensa Digital Notic Voz el Cajigalense.
Editor: Teólogo-Informático Roberto Romero
Prensa Digital Notic Voz el Cajigalense; Yaguaraparo, Municipio Cajigal, Estado Sucre, Venezuela.
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