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domingo, 13 de enero de 2013

ACTIVIDAD FÍSICA Y CALIDAD DE VIDA.



Por. T.S.U. Roberto Romero
Partiendo de esa relación de la actividad física y calidad de vida cabe mencionar que la práctica regular de la actividad física mejora sustancialmente la calidad de vida de las personas que la practican. “Un creciente cuerpo de investigación ha sugerido que la participación en actividad física (AF) regular trae consigo múltiples beneficios en el ámbito físico, psicológico y socio afectivo de quienes lo practican” (Fogelholm, Kukkonen y Harjula, 2000; Gózalo, 1999; Hall, Ekkekakis y Petruzzello, 2002; Lawlor y Hopker, 2001; Martín, Hagger, Nikos y Stuart, 2002; Ming, Anderson y Lau, 2003; Prentice y Jebb, 1995; Sánchez y Canton, 1999; Tu, Stump, Damush y Clar, 2004).

            La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la actividad física (AF) como “todos los movimientos que forman parte de la vida diaria, incluyendo el trabajo, la recreación y las actividades deportivas”; sin embargo, la actividad física es un término amplio que abarca actividades que varían en intensidad, duración y gasto calórico, entre otras (Contreras, 2003), pero que finalmente se encuentra implícita en todas las actividades de la vida cotidiana y se puede llevar a cabo en el ámbito laboral, escolar y en el hogar (Bagur y Serra, 1999).

            Entre los beneficios de la AF a nivel físico se encuentran: mejor funcionamiento del sistema cardiovascular, respiratorio, digestivo y endocrino, fortalecimiento del sistema osteomuscular, aumento de la flexibilidad, disminución de niveles séricos de colesterol y triglicéridos, intolerancia a la glucosa, obesidad y adiposidad (Peralta, 1999; Per-Olof y Rodahl, 1992; Veldhuis et al., 2002; L. Wideman, J. Weltman y Hartman, 2002).

            Por otra parte, los beneficios psicológicos están muy relacionados con una mayor tolerancia al estrés, adopción de hábitos protectores de la salud, mejora del auto concepto y la autoestima, disminución del riesgo percibido de enfermar, prevención del estrés, efectos tranquilizantes y antidepresivos, mejora en los reflejos y la coordinación, aumento en la sensación de bienestar, prevención del insomnio, regulación de los ciclos de sueño y mejoras en los procesos de socialización (Gózalo, 1999; Sánchez y Cantón 1999).

             Los beneficios también pueden apreciarse en los procesos cognoscitivos como la memoria, la planificación y la toma de decisiones (V. Carratalá y E. Carratalá, 2000; Davis, Keneddy, Ravelski y Dionea, 1994; Dwey, Connan, Leitch, Hetzel y Baghurst,1983; Linder, 1999; Linder, 2002; Neeper, Pinilla, Choi y Cotman, 1996; Shephard, 1997; Stone, 1965; Tremblay, Inman y Wilms, 2000 como se citó en Ramírez, Vinaccia y Ramón, 2004).

            En cuanto a los beneficios de la AF sobre la salud mental, se ha encontrado que reduce la depresión clínica y puede ser tan efectiva como los tratamientos tradicionales (psicoterapia). Además, la práctica de AF en mujeres jóvenes que padecen de anorexia hace que disminuyan algunas de sus conductas auto lesivas (Arent y Landers, 2001; Ceballos, Ochoa y Cortez, 2000; Salazar, Solis y Barbosa, 1996).

            La actividad física se ha considerado y ahora aún más un componente importante en los estilos de vida de una persona ya que satisface múltiples necesidades sociales para el mejoramiento de la calidad de vida y para el máximo desarrollo  humano y social de los individuos. La calidad de vida, es decir, la posibilidad de que las personas y los grupos desarrollen sus potencialidades, se convierte desde esta concepción  orientada al bienestar en el referente cualitativo de la actividad física relacionada con la salud.

            La actividad física se debe ver  no solo desde los beneficios que proporciona a la salud, sino desde los distintos contextos sociales, ya que posibilitan la visualización de los beneficios en la calidad de vida de las personas, en las diferentes etapas de su ciclo vital y así mismo los resultados en salud.

            Actualmente la práctica de la actividad física demanda un interés hacia la calidad de vida de las personas; las diferentes instituciones intentan inducir un estilo de verdad que promueva la salud y por su puesto la actividad física es una de las actividades que generan una calidad de vida para las personas. Además existen otros factores o distintas condiciones presentes en la población que temprana edad se relacionan con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades en el futuro y en esto tiene mucho que ver la evolución tecnológica, ya que las actividades de otra época donde se demandaba un mayor esfuerzo, hoy en día son recuerdos.

            La actividad física es otra cosa esencial para el cuerpo. Todo el cuerpo ha sido hecho para la acción y a menos que se mantenga sanas las facultades físicas mediante el ejercicio activo, las facultades mentales no podrían rendir por mucho tiempo  toda su capacidad y tener mejor calidad de vida. La acción constituye una ley de nuestro ser. Cada órgano tiene su función. Si no trabaja, quedara débil. Un brazo atado por algún tiempo no podrá trabajar.  El principal objeto del la actividad física es desarrollar la resistencia de los músculos (no su tamaño) y la destreza, gracia, simetría y armonía general del cuerpo. La tendencia moderna es hacia lo sedentario, la inercia, el trabajo mental y no de los músculos. No desarrolla gigantes físicos, pero sí, gigantes cerebrales.

            Desde época antiguas sabemos que la supervivencia dependía de la actividad física por ejemplo la caza, la agricultura, entre otras; de una actividad tan común como lo es una caminata se ha pasado al vehículo de motor, de las escaleras al ascensor, de la escritura manual al computador portátil, del paseo para hablar con los amigos al teléfono, el chat y la video conferencia. La falta de actividad física día tras día trae consecuencias irreparables debidas en gran parte a toda esa incorporación de medios electrónicos que empeoran la calidad de vida.

            Esa práctica de actividad física de la población en general también se debe a una mala planificación de los procesos urbanos, entre ellos el incrementos de transportes urbanos, los trabajos y pasatiempos que cada día demandan menos esfuerzos físicos y por el contrario se tienen mayores comodidades para la ejecución de los mismos.

            Y en la consideración de que los ejercicios físicos aportan al mejoramiento de la calidad de vida, debemos considerar que la satisfacción con la vida es una de las dimensiones personales de la calidad de vida que está estrechamente relacionada con el bienestar subjetivo. Cuando las personas se vuelven más activas, se reduce el riesgo de que puedan padecer diferentes enfermedades, y además pueden controlar mejor su peso, incrementar su resistencia para realizar trabajos físicos y mejorar la salud de sus músculos y sus huesos. También tienen más posibilidades de que mejore su calidad de vida y su salud psicológica. La actividad física no sólo puede añadir años de vida, sino que también se están recopilando pruebas de que añade calidad de vida a esos años.

Para fomentar la actividad física es necesaria la intervención concertada de varios organismos que ayuden a las personas a reducir su sedentarismo e incrementar el ejercicio de actividades físicas, y que cambien el entorno para potenciar que la gente sea más activa. Los gobiernos nacionales, regionales y locales tienen que trabajar más con los urbanistas y planificadores del transporte, los colegios, los lugares de trabajo y las autoridades sanitarias para fomentar más actividades como caminar, montar en bicicleta y las actividades deportivas. A su vez, es responsabilidad de cada persona volver a revisar y evaluar sus prioridades, para conseguir llevar un estilo de vida que incluya más actividades físicas al día.

            Los estudios realizados hasta el presente sugieren que la relación entre ejercicios saludables y bienestar individual existe; independientemente de las ventajas del entrenamiento físico, es decir que la sensación de bienestar personal, se relaciona más con el sentimiento de los sujetos acerca de la experiencia física del ejercicio que realizan, que con el efectivo mejoramiento de su condición física.

BIBLIOGRAFÍA



CUADERNOS HISPANOAMERICANOS DE PSICOLOGÍA, Vol. 11 No. 1, 19-37
María Clara Rodríguez Salazar, Jeannette Molina,
Catherine Jiménez Muñoz y Tatiana Pinzón Bautista
Universidad El Bosque
Marzo 15 de 2011
Persona de contacto: rodriguezmariac@unbosque.edu.co


HOLOGRAMÁTICA – Facultad de Ciencias Sociales – UNLZ - Año V, Número 9, V1 (2008), pp. 3-17
www.hologramatica.com.ar o www.unlz.edu.ar/sociales/hologramatica
ISSN 1668-5024. Presentado por Lady Johana Virguez moreno Pontificia universidad javeriana . Faculatad de enfermería departamento de salud colectiva Bogotá d.c 2009.

Roberto Romero. (1 de Octubre de 2012). El Ejercicio y el Trabajo. Yaguaraparo, Sucre, Venezuela: Prensa Digital Notic Voz el Cajigalense.


Editor: Teólogo-Informático Roberto Romero Prensa Digital Notic Voz el Cajigalense; Yaguaraparo, Municipio Cajigal, Estado Sucre, Venezuela. Dirección Internet: http://robertoromeropereira.blogspot.com/

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