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miércoles, 5 de enero de 2011

Positivos datos muestran economía EEUU se recupera

Positivos datos muestran economía EEUU se recupera: "

Imagen de archivo de un anuncio de empleo en un restaurante de San Francisco, EEUU, jun 3 2010. La recuperación económica en Estados Unidos estaría pisando el acelerador, una sensación que se hizo aún más latente el miércoles al conocerse una creación de empleos récord en el sector privado y un alza en un índice sobre el sector servicios a un máximo de más de cuatro años. REUTERS/Robert GalbraithReuters - NUEVA YORK (Reuters) - La recuperación económica en Estados Unidos estaría pisando el acelerador, una sensación que se hizo aún más latente el miércoles al conocerse una creación de empleos récord en el sector privado y un alza en un índice sobre el sector servicios a un máximo de más de cuatro años.


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Venezuela: Chávez da marcha atrás a dos polémicos proyectos: "El presidente venezolano, Hugo Chávez, anunció que no incrementará el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y detendrá la reforma universitaria, dos proyectos que habían generado críticas y protestas."

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EL EVANGELIO DE JUAN Y LAS FIESTAS DE DIOS

                                


Algo de investigación técnica puede ayudar en la explicación de por qué Juan utilizó el término "la fiesta de los judíos,la de los tabernáculos" para esta fiesta universal.

¿SON las fiestas bíblicas exclusivamente para los judíos? Si nos basáramos exclusivamente en ciertas palabras del apóstol Juan, podríamos llegar a creer que así es. Él escribió: "Estaba cerca la fiesta de los judíos, la de los tabernáculos" y "estaba cerca la pascua de los judíos; y muchos subieron de aquella región a Jerusalén antes de la pascua para purificarse" (Juan 7:2; 11:55). Pero como veremos claramente por las Escrituras, las fiestas de Dios son para toda la humanidad, no solamente para los judíos.

El uso frecuente del término "los judíos" es una característica del Evangelio de Juan. En los cuatro evangelios, la palabra "judíos" aparece 85 veces; en Mateo se usa cinco veces; en Marcos, seis veces; en Lucas, cinco veces; y en Juan, 69 veces. Más del 80 por ciento del uso de la palabra "judíos" se encuentra en el Evangelio de Juan. Si consideramos detalladamente la vida de Juan y el contexto de su evangelio, veremos que con frecuencia él utilizó el término "los judíos" para hacer distinción entre diferentes grupos de judíos, no tan sólo entre judíos y gentiles.

Los antecedentes judíos de Juan.
Juan no creía que la observancia de las fiestas era sólo para los judíos. Él era judío y desde su niñez había estado bien familiarizado con la declaración de Levítico 23: "Habla a los hijos de Israel y diles que las fiestas solemnes del Eterno, mis fiestas solemnes que proclamaréis como asambleas sagradas, son éstas" (v. 2, Reina-Valera Actualizada). Los versículos 4 y 37 dicen: "Estas son las fiestas solemnes del Eterno . . ." Juan entendió que todas las fiestas pertenecen en último término a Dios y aunque fueron reveladas primeramente a las 12 tribus de Israel, son para todos los pueblos, naciones y grupos étnicos.

Juan estaba familiarizado también con el hecho de que los judíos asociaban la Fiesta de los Tabernáculos con los gentiles, no sólo con los judíos. En Zacarías 14:16 se declara: "Y todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, al Eterno de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos". Durante los siete días de este festival se sacrificaban 70 becerros (Números 29:12-34); esto lo asociaban los rabinos con las naciones gentiles. El comentarista David Stern dice lo siguiente: "El rabino El'azar dijo: 'Estos 70 becerros, ¿a qué corresponden? A las 70 naciones' (Sukkah 55b). En la tradición rabínica, el número tradicional de las naciones es 70; los 70 becerros son para hacer expiación por ellas" (Jewish New Testament Commentary ["Comentario judío del Nuevo Testamento"], 1992, p. 175).

Cuando Cristo vuelva, Juan se encontrará entre los santos resucitados que observarán la Fiesta de los Tabernáculos junto con la gente de todas las culturas y razas. Juan vivió con esta esperanza, aun antes de haberse convertido al cristianismo. Por lo tanto, es erróneo concluir que él escribió "la fiesta de los judíos, la de los tabernáculos" (Juan 7:2) para indicar que la fiesta estaba destinada exclusivamente para el pueblo judío.

El público de Juan
El público de Juan era en su mayor parte gentil. En su evangelio, él utilizó el cómputo de tiempo romano (Juan 19:14); en cambio, Mateo, Marcos y Lucas usaron el cómputo de tiempo judío. Por lo tanto, Juan adaptó su lenguaje para su público, que en su mayor parte era gentil. Él no quería decir que las fiestas estaban limitadas para los judíos solamente, sino al contrario, estaba haciendo una distinción acerca de las fiestas que Jesús había observado muchos años antes.

Los judíos de Judea
En ocasiones, la expresión "los judíos" se refiere a los que se encontraban en la región de Judea, a diferencia de los que se encontraban en otros lugares. Juan escribió acerca de un tiempo anterior cuando a los judíos que vivían dentro de un radio de 24 kilómetros de Jerusalén se les requería venir a Jerusalén para la fiesta. El comentarista Adam Clarke dice lo siguiente: "Juan, de origen galileo, con frecuencia da el título de judíos a los que eran habitantes de Jerusalén". Los judíos de Judea eran considerados como más dedicados a las prácticas del judaísmo de lo que lo eran los judíos fuera de Jerusalén. La frase "la fiesta de los judíos, la de los tabernáculos" tiene que ver con el aspecto geográfico, es decir, de los judíos de Judea; no es una declaración de exclusividad.

Juan escribe: "Después de estas cosas, andaba Jesús en Galilea; pues no quería andar en Judea, porque los judíos procuraban matarle" (Juan 7:1). En este caso, el término "los judíos" quiere decir aquellos judíos que estaban en Judea a diferencia de los muchos judíos que vivían en Galilea, que no procuraban matar a Jesús. Juan utiliza el calificativo "los judíos" para referirse a la situación geográfica de las fiestas de hacía 60 años. De manera que "la fiesta de los judíos, la de los tabernáculos" (v. 2) describió algo que tenía que ver con los judíos de Judea, a diferencia de otros judíos.

"Los diferentes festivales que Juan identifica como 'de los judíos' . . . son específicamente festivales de Judea. Son, desde luego, también judíos; eso se sobrentiende. Pero todos los festivales que Juan nombra . . . son festivales peregrinos, esto es, festivales durante los cuales a todos los de la religión judía les era requerido por la Torá ir a Jerusalén en Judea . . ." (Stern, op. cit., p. 159).

Cuando Juan asocia el término "los judíos" con una "fiesta", es una fiesta acerca de la cual había un mandamiento de viajar a Judea. Por ejemplo, el calificativo "los judíos" es omitido en relación con la "fiesta" de las bodas en Caná (Juan 2:8-9), y la "fiesta de la dedicación" (Juan 10:22), acerca de las cuales no había un mandamiento de peregrinación a Judea. Pero el calificativo "los judíos" se incluye cuando hay un mandamiento bíblico de peregrinación a Judea: "la pascua de los judíos" (Juan 2:13, 11:55), "la pascua, la fiesta de los judíos" (Juan 6:4) y "la fiesta de los judíos, la de los tabernáculos" (Juan 7:2).

Para finales del primer siglo los gentiles de la Iglesia de Dios habían estado observando las fiestas de Dios (1 Corintios 5:8; 11:25) por más de 60 años. La Iglesia de Dios ha observado siempre estas fiestas, pero la disminuida importancia de Judea como lugar de su observancia fue más evidente durante el tiempo en que se escribió el Evangelio de Juan.

Los dirigentes religiosos
Juan utilizó también el término "los judíos" para referirse a un pequeño grupo específico de los judíos de Judea: los dirigentes religiosos. Como se hizo notar arriba, Jesús "no quería andar en Judea, porque los judíos procuraban matarle" (Juan 7:1). Este grupo de judíos constaba principalmente de los dirigentes religiosos en Judea. Los "judíos" (dirigentes religiosos) desempeñaron un papel vital e instigador en la crucifixión de Jesús. Por lo tanto, Juan designó así a este grupo a lo largo de su evangelio.
Después de haber llegado él, "los judíos" (dirigentes religiosos) procuraron matarlo y "la multitud" estaba dividida (Juan 7:10-12). Luego, el versículo 13 dice: "Pero ninguno hablaba abiertamente de él, por miedo a los judíos". Notemos que la multitud tenía miedo de "los judíos". Pero ¿no era la mayor parte de esta gente judía? ¿Tenían miedo de sí mismos? Juan tenía que estar usando "los judíos" para hacer distinción entre los dirigentes religiosos judíos y el pueblo judío; de otra manera, estos pasajes son contradictorios. La "multitud" (aquellos que apoyaban a Jesús) tenía miedo de los dirigentes religiosos: "los judíos". La "multitud", no los dirigentes religiosos, estaba dividida en cuanto a su opinión de Jesús.

Esto lo confirman varios versículos de Juan 7: "Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, sin haber estudiado?" (v. 15). Es interesante notar que la Nueva Versión Internacional dice: "Por eso las autoridades judías lo buscaban . . ." (v. 11). Luego en el versículo 20: "Respondió la multitud . . ." En el versículo 31: "Y muchos de la multitud creyeron en él . . ." El versículo 43 menciona más disensión entre "la gente". Luego en los versículos 44 al 48 "los judíos" de este capítulo son identificados como "los alguaciles . . . los principales sacerdotes y . . . los fariseos".
Juan utiliza el término "los judíos" por todo su evangelio. En Juan 1:19 declara: "Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tú, quién eres?" En el Comentario exegético y explicativo de la Biblia se dice lo siguiente acerca de este versículo: "19. los judíos-es decir, los cabezas de la nación, miembros del Sanedrín. En este sentido peculiar parece que nuestro evangelista siempre usa el término" (tomo 2, p. 176). En The Wicliffe Bible Commentary ("Comentario bíblico de Wiclef") se explica: "Los judíos. Como es común en los escritos de Juan, esto quiere decir dirigentes de la nación. Estos sacerdotes eran de los fariseos (v. 24)".

 También A.T. Robertson, en su obra Word Pictures in the New Testament ("Imágenes verbales en el Nuevo Testamento"), dice que Juan suele utilizar la expresión "los judíos" para referirse "en particular a los dirigentes y autoridades judíos que se mostraron hostiles hacia Juan y Jesús . . ."

Fueron los dirigentes religiosos quienes llenos de odio gritaron poco antes de la crucifixión: "Cuando le vieron los principales sacerdotes y los alguaciles, dieron voces, diciendo: ¡Crucifícale! ¡Crucifícale! Pilato les dijo: Tomadle vosotros, y crucificadle; porque yo no hallo delito en él. Los judíos le respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios" (Juan 19:6-7). Después de la crucifixión "los judíos . . . rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas . . ." (v. 31).

Lamentablemente, la idea de que todos los judíos odiaron y mataron a Jesús ha llevado al antisemitismo. Los dirigentes religiosos, en su mayor parte, fueron quienes encabezaron esta conspiración, y no el pueblo judío en general.

¿La fiesta de los gentiles también?
Es interesante observar que Juan también incluye otra información penetrante acerca de aquellos que asistieron a "la pascua de los judíos" (Juan 11:55). Durante el tiempo de Jesús, ciertos gentiles también guardaban las fiestas de Dios: "Había ciertos griegos entre los que habían subido a adorar en la fiesta" (Juan 12:20). Normalmente, la palabra griega traducida como "griegos" (hellen) se refiere a "un griego por nacionalidad . . . en un sentido más amplio, el nombre abarca a todas las naciones que no eran judías y que habían adoptado la lengua, las costumbres y conocimiento de los griegos" (Thayer's New Greek-English Lexicon ["Nuevo diccionario griego-inglés de Thayer"]). Estos "griegos" eran gentiles incircuncisos; por lo tanto, se les distinguía de los prosélitos. No obstante, "ciertos griegos" observaban las fiestas bíblicas y otras costumbres que no requerían la circuncisión. Nótense las dos citas siguientes.

F.F. Bruce, en su New Testament History ("Historia del Nuevo Testamento"), dice: "Los tres grandes festivales peregrinos eran (i) . . . la Fiesta de los Panes sin Levadura . . . (ii) la Fiesta del Pentecostés . . . y (iii) la Fiesta de los Tabernáculos o de las Cabañas . . . Judíos de todas partes de la Diáspora hacían un esfuerzo para venir a Jerusalén para uno u otro de estos festivales. Con ellos venían prosélitos y hasta gentiles temerosos de Dios . . ." (1969, p. 140).

Paul Johnson escribe en A History of Christianity ("Historia del cristianismo"): "Filón, también, proyectó en su filosofía el concepto de una misión gentil, y escribió con gozo: 'No hay una sola ciudad griega o bárbara, ni un solo pueblo, al que la práctica de la observancia del sábado no se haya extendido, o en el que los días de fiesta, el encendido de luces y muchas de nuestras prohibiciones acerca de los alimentos que no sean acatados'. Esta afirmación era generalmente verdadera . . . Gran parte de esa gente no era de raza judía.

Tampoco era completamente judía en el sentido religioso: esto es, muy pocos de ellos estaban circuncidados y no se les exigía que obedecieran la ley en todo su rigor. La mayoría de ellos eran noachides, o temerosos de Dios. Ellos reconocían y adoraban al Dios judío y se les permitía mezclarse con los que adoraban en la sinagoga para que aprendieran la ley y las costumbres judías . . . no se esperaba, generalmente, que se convirtieran en verdaderos judíos . . ." (1995, p. 12).

Con toda probabilidad, fue de entre los gentiles que guardaban las fiestas que Dios llamó el núcleo de los conversos gentiles al cristianismo: "La sinagoga, entonces, le dio al apóstol de los gentiles una base de operaciones conforme él llevó a cabo su misión, y en una ciudad tras otra fue entre los temerosos de Dios, que se encontraban al margen en la sinagoga, que él encontró el núcleo de la iglesia" (Bruce, op. cit., p. 147).
Es pues obvio que Juan con frecuencia utilizó el término "los judíos" para hacer distinción entre diferentes grupos de judíos, por ejemplo, entre los habitantes de Judea y los dirigentes religiosos.

Y cuando el calificativo "los judíos" se encuentra asociado con las fiestas de Dios, Juan subrayó el significado geográfico del peregrinaje a Judea. El apóstol Juan, su evangelio, la historia y toda la Escritura apoyan la vigencia de las fiestas para todos los cristianos, judíos y gentiles.

PORQUE NADA PODEMOS CONTRA LA VERDAD, SINO POR LA VERDAD.






PORQUE NADA PODEMOS CONTRA LA VERDAD, SINO POR LA VERDAD.
(2 CORINTIOS 13.8).

Hace quinientos (500) años había pocas Biblias, ya que tenían que ser copiadas a mano. Las pocas copias disponibles estaban en latín o griego, lenguas que solo entendían unos pocos eruditos de los monasterios y las universidades. Uno de ellos que podía entender y comprender la Biblia, era Juan Wiclef, profesor de teología de la universidad de Oxford.

--estas palabras de verdad son demasiado buenas para callarlas---declaro el profesor Wiclef--. Traduciré la biblia para que todos los hombres en Inglaterra puedan leer las obras maravillosas de Dios. De esta manera, el común del pueblo dejara de ser engañado por el clero.
 Los frailes se enriquecen con el dinero del pobre—enseñaba Wiclef--. Venden indulgencias y otorgan absolución a los peores criminales. Si el pueblo tuviera acceso a la biblia en su propio idioma, podría saber que la salvación es un don gratuito de Dios.
--Debemos ponerle fin a la predicación de Wiclef—decidieron los frailes. Aunque trataron de hacerlo, parecía imposible acallar la voz del maestro hasta que enfermo de gravedad. Ocho representantes de la iglesia se reunieron alrededor de su lecho.
--vas a morir—se burlaban de él--. Ahora es oportunidad de retractarte de ello que has escrito contra el papa y sus frailes.
Ayúdame a levantarme—le pidió Wiclef a su ayudante. Una vez que logro incorporarse en la cama, miro a sus acusadores en los ojos y respondió con voz firme:
--¡No moriré! ¡Más bien viviré y nuevamente expondré los actos pecaminosos de los frailes!
Sorprendidos, los monjes salieron apresuradamente de la habitación para planear otra manera de detenerlo.
Wiclef sanó y continuo traduciendo la Biblia y enseñando. En tres ocasiones lo enjuiciaron por causa de sus creencias religiosas. En el tercer juicio dijo:
--¿Con quién creen que están tratando? Con un pobre viejo al borde de la muerte? ¡No! ¡Luchan contra la verdad, y la verdad es mucho más poderosa que ustedes! Juan Wiclef tenía razón. La verdad triunfo. En virtud a ello, tu y yo podemos leer la Biblia en nuestro propio idioma el día de hoy. Gracias Wiclef. Tu corona de estrella esta en el cielo.

Teólogo: Roberto Romero

RECOBRE SU PRIMER AMOR




RECOBRE SU PRIMER AMOR
Los ataques de Satanás a los efesios guardan una semejanza espectral
con las pruebas y herejías a las que nos enfrentamos hoy. La Biblia
nos muestra cómo superar la pérdida resultante del "primer amor".
El nombre Éfeso significa "deseable". Era una ciudad hermosa y opulenta que estaba situada en la desembocadura del río Caístro en la provincia romana de Asia. Tres caminos principales procedentes del oriente terminaban en Éfeso, donde existía también un puerto de aguas profundas. Con un puerto accesible a las embarcaciones de gran calado, Éfeso rivalizaba al puerto de Mileto. Éfeso era la ciudad más fácilmente accesible en Asia, tanto por tierra como por mar. Era un lugar ideal para que el apóstol Pablo iniciara sus actividades en esa región.
Éfeso tenía también un lado oscuro. Era una ciudad llena de idolatría, templos paganos e inmoralidad. Era el centro principal de la adoración a Diana.
Su ubicación se prestaba magníficamente para los esfuerzos evangelizadores en las ciudades y provincias cercanas. Pablo la utilizó como una base de predicación del evangelio y para establecer otras iglesias por todo el Asia Menor.
Pablo fundó la congregación en Éfeso a principios de los años cincuentas. Pocos años después, en un viaje de retorno de Macedonia cuando se dirigía apresuradamente de regreso a Jerusalén para observar la Fiesta de Pentecostés, les pidió a los ancianos que se encontraran con él en la ciudad cercana de Mileto (Hechos 20:16-17).
Esa fue la última ocasión en la que vería personalmente a esos hombres, varios de ellos ordenados personalmente por él. Conforme recordaba el pasado, sus comentarios se volvieron muy sobrios para el ministerio de Éfeso y para la iglesia: "Por lo tanto, estén atentos y cuiden de toda la congregación, en la cual el Espíritu Santo los ha puesto como pastores para que cuiden de la iglesia de Dios, que él compró con su propia sangre. Sé que cuando yo me vaya vendrán otros que, como lobos feroces, querrán acabar con la iglesia. Aun entre ustedes mismos se levantarán algunos que enseñarán mentiras para que los creyentes los sigan. Estén alerta; acuérdense de que durante tres años, de día y de noche, no dejé de aconsejar con lágrimas a cada uno de ustedes" (Hechos 20:28­31, Versión Popular).
La perspectiva futura para la iglesia de Éfeso no era muy alentadora. Enseñanzas falsas serían introducidas por intrusos, al igual que por algunos de sus propios pastores.
Pablo se defiende
Pablo predijo el problema, pero eso no impidió que él hiciera todo lo que podía para resistir a las enseñanzas herejes y a sus maestros. Alrededor del año 60 d.C. él escribió a la iglesia de Éfeso y le recordó lo que Dios había hecho en sus vidas, y de dónde habían provenido: "Él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia" (Efesios 2:1-2). Él los apremió para que conservaran la unidad y el amor del uno por el otro. La introducción de la herejía en la iglesia crearía divisiones y un espíritu de partidismo.
La verdadera fuente de este ataque era Satanás. ¡Debían resistirlo con férrea determinación! "Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes" (Efesios 6:10-12).
Alrededor de ese mismo tiempo, Pablo amonestó a Timoteo: "A Timoteo, verdadero hijo en la fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor. Como te rogué que te quedases en Éfeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina, ni presten atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas más bien que edificación de Dios que es por fe, así te encargo ahora" (1 Timoteo 1:2-4). Algunos en Éfeso de seguro ya se habían empezado a desviar de las enseñanzas verdaderas.
Hacia el final de primer siglo
El apóstol Juan escribió los últimos libros del Nuevo Testamento. Él fue el último sobreviviente de los 12 apóstoles originales que Cristo había escogido para asistirlo en la fundación de la iglesia del Nuevo Testamento. En su ancianidad las autoridades romanas le habían exiliado a la isla de Patmos entre los años 94 y 95 d.C. El emperador Domiciano persiguió la iglesia cristiana por todo el imperio hasta cuando fue asesinado en el año 96. Patmos era uno de varios lugares donde Roma encarcelaba a los ofensores cuyos crímenes no eran lo suficientemente serios como para aplicarles la pena de muerte. La ofensa de Juan era la predicación de la palabra de Dios y su testimonio acerca de Jesucristo (Apocalipsis 1:9).
En esta isla le fue revelado al apóstol información acerca de lo que la iglesia y los gobiernos del mundo experimentarían en el tiempo antes y después de la segunda venida de Cristo. La información la recibió mediante una visión. El mensaje que le fue dado se encuentra en el libro que llamamos el Apocalipsis.
A él se le dijo: "Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea" (v. 11).
Estas siete iglesias en Asia Menor se encontraban en lo que parece haber sido una ruta postal. ¿En qué condición se encontraba la iglesia de Éfeso que Pablo había establecido?
Notemos lo que Cristo dijo acerca de esta iglesia: "Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto: Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado" (Apocalipsis 2:1­3).
Cristo expresa su aprecio por sus obras, su trabajo. La palabra griega traducida como trabajo es kopos, lo que quiere decir obra laboriosa o faena que causa cansancio. No había sido fácil para ellos durante los pasados 50 años o más. Tuvo que haber habido muchas víctimas espirituales, mas este remanente se había mantenido firme en "el Camino".
Él también menciona estar consciente de su paciencia o perseverancia. Ellos habían llevado esas cargas y responsabilidades; habían laborado y no se habían dado por vencidos. Ya no era esta una congregación joven. La paciencia o perseverancia implica el paso del tiempo; ya había cumplido muchos años de servicio.
Hoy muchos de nosotros podemos mirar hacia atrás a la Fiesta de los Tabernáculos en los años sesentas cuando un ministro les preguntaba a los reunidos: "¿Cuántos de ustedes están aquí por primera vez?" Muchas personas alzaban la mano. Luego, después de varias preguntas decía: "¿Cuántos han asistido a la fiesta por 30 ó 40 años?" Muy pocos alzaban la mano. Hoy, cuando se hace esta pregunta, gran parte del auditorio ha asistido por 30 años o más. Hoy la Iglesia de Dios no es ya una iglesia joven.
Historia reciente
En Apocalipsis 2:2, Cristo habla acerca de lo que tuvieron que experimentar; eran las mismas cosas de las que Pablo les había advertido. "Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos".
Gente perversa se había introducido entre ellos y algunos se habían hecho pasar por ministros de Jesucristo, pero habían traído enseñanzas herejes con el propósito de menoscabar la verdad. Sus enseñanzas estaban basadas en mentiras religiosas.
Muchos de sus pastores se habían alejado de la verdad para enseñar mentiras. Juan les había escrito diciéndoles que probaran los espíritus para saber si eran de Dios o no (1 Juan 4:1). Sus propios guías espirituales estaban ahora poniendo en tela de juicio las verdades fundamentales a las que los efesios se habían dedicado durante toda su vida.
Estos cristianos habían sido asaltados con las obras y doctrinas de los nicolaítas. Muchos eruditos creen que los nicolaítas fueron los precursores de los nósticos. La herejía nóstica tuvo un gran impacto en la iglesia en los primeros siglos. Ellos mezclaron la filosofía griega, incluso la antigua enseñanza pagana de la inmoralidad del alma, con las enseñanzas de Cristo y de Pablo. También hablaron en contra de los escritos y las leyes del Antiguo Testamento. Debido en parte a los esfuerzos de estos grupos, la iglesia cristiana que el mundo vio en los siglos segundo y tercero fue muy diferente de la del primer siglo.
Cicatrices de la batalla
¿Qué le sucede a una congregación cuando sus dirigentes la traicionan? Estos eran hombres a quienes se les admiraba, de quienes se esperaba que enseñaran, exhortaran y alentaran. ¿Cómo le afecta a uno esto mental y espiritualmente? No pudo menos que ocasionar un terrible efecto en muchos de la congregación de Éfeso, debilitando su celo espiritual, su asistencia en el sábado y su estudio de las Escrituras. Ellos habían sobrevivido, pero habían recibido heridas que dejaron sus cicatrices.
"Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor" (Apocalipsis 2:4). La mayoría de nosotros hemos experimentado ese "primer amor" por la verdad. Teníamos hambre y sed del estudio de la Palabra de Dios. ¡Anhelábamos aprender la siguiente nueva verdad! Lo que estábamos aprendiendo era tan emocionante que nos quemábamos las cejas por aprender más. Cristo dice que esto es lo que ellos habían abandonado. Esto era comprensible debido a lo que habían experimentado. Habían comenzado con gran emoción y amor por la verdad, pero la traición interna, las batallas espirituales, habían sofocado mucho de su entusiasmo por la religión.
Por lo tanto, Cristo les dice: "Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido" (v. 5).
No sabemos cómo respondieron ellos a este mensaje, pero sí sabemos que hoy no existe una congregación de la Iglesia de Dios en Éfeso.
Y ¿qué de nosotros? ¿Hemos perdido algo de nuestro primer amor? En nuestra breve historia ha habido muchos pueblos y ciudades donde hubo congregaciones de siervos de Dios y donde ya no las hay. Cristo les dijo a los efesios que volvieran a sus primeras obras, aquellas cosas que habían hecho al principio. ¿Cuántos del pueblo de Dios han abandonado las verdades fundamentales? Él les está diciendo que vuelvan a esas cosas que abandonaron.
Jeremías amonestó a la antigua Judá: "Así dijo el Eterno: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos" (Jeremías 6:16).
En los últimos años muchos se han encontrado en una encrucijada espiritual preguntándose qué camino debían tomar. Dios dice, preguntad por las sendas antiguas. Podrán ser antiguas, pero son tan verdaderas como siempre lo fueron. Judá rehusó y pronto se encontró en esclavitud en la tierra de Babilonia. Nosotros no debemos negarnos a escuchar y atender, no sea que nuestro candelero sea quitado.
Es posible recobrar el primer amor. Con oración y estudio, aquel amor por Dios y sus verdades puede reavivarse. Él está muy deseoso de restaurar una relación íntima con su pueblo: "Los ojos del Eterno contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él" (2 Crónicas 16:9).
Hubo un tiempo en el que David se dio cuenta de que se había alejado de Dios. Ya no sentía aquel gozo que había tenido anteriormente. Él oró con fervor: "Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente" (Salmos 51:12). David fue reconciliado con Dios y le sirvió en forma fiel y celosa por el resto de su vida.
Dios prueba a los herederos de su reino. Si encaramos y respondemos a las tribulaciones y pruebas de manera correcta, éstas pueden madurarnos. "Hermanos míos, ustedes deben tenerse por muy dichosos cuando se vean sometidos a pruebas de toda clase. Pues ya saben que cuando su fe es puesta a prueba, ustedes aprenden a soportar con fortaleza el sufrimiento. Pero procuren que esa fortaleza los lleve a la perfección, a la madurez plena, sin que les falte nada" (Santiago 1:2-4, Versión Popular).
A medida que maduramos va aumentando nuestra capacidad de adquirir un entendimiento más profundo de la santa Palabra de Dios. Cuando éramos nuevos en la iglesia devorábamos la leche de la Palabra; ahora estamos listos para el alimento sólido de la Biblia. Estando preparados para recibir las verdades más profundas, éstas pueden parecernos más emocionantes. El primer amor del estudio ha sido restaurado, pero ahora ha aumentado nuestra capacidad para aprender.
Pablo oró por los efesios de esta manera: "Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo . . . para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios" (Efesios 3:14-19).
Si volvemos al estudio diligente de las Escrituras y le pedimos a Dios que nos restaure el hambre espiritual por sus maravillosas verdades, él nos escuchará y nos contestará. "Pidan, y Dios les dará; busquen, y encontrarán; llamen a la puerta, y se les abrirá. Porque el que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama a la puerta, se le abre" (Mateo 7:7-8, Versión Popular).
Dios está más deseoso de compartir con nosotros las buenas cosas que él tiene de lo que nosotros estamos en compartirlas con nuestros hijos: "Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a quienes se las pidan!" (v. 11).
Entonces, cuando estudiamos será como si Dios nos estuviera hablando directamente, y seremos edificados por la esperanza que ha motivado a los fieles siervos de Dios a lo largo de la historia.
"Cuando me hablabas, yo devoraba tus palabras; ellas eran la dicha y la alegría de mi corazón, porque yo te pertenezco, Señor y Dios todopoderoso" (Jeremías 15:16, Versión Popular).


EL EVANGELIO DE JUAN Y LAS FIESTAS DE DIOS

 
EL EVANGELIO DE JUAN
Y LAS FIESTAS DE DIOS
Algo de investigación técnica puede ayudar en la explicación
de por qué Juan utilizó el término "la fiesta de los judíos,
la de los tabernáculos" para esta fiesta universal.
¿SON las fiestas bíblicas exclusivamente para los judíos? Si nos basáramos exclusivamente en ciertas palabras del apóstol Juan, podríamos llegar a creer que así es. Él escribió: "Estaba cerca la fiesta de los judíos, la de los tabernáculos" y "estaba cerca la pascua de los judíos; y muchos subieron de aquella región a Jerusalén antes de la pascua para purificarse" (Juan 7:2; 11:55). Pero como veremos claramente por las Escrituras, las fiestas de Dios son para toda la humanidad, no solamente para los judíos.
El uso frecuente del término "los judíos" es una característica del Evangelio de Juan. En los cuatro evangelios, la palabra "judíos" aparece 85 veces; en Mateo se usa cinco veces; en Marcos, seis veces; en Lucas, cinco veces; y en Juan, 69 veces. Más del 80 por ciento del uso de la palabra "judíos" se encuentra en el Evangelio de Juan. Si consideramos detalladamente la vida de Juan y el contexto de su evangelio, veremos que con frecuencia él utilizó el término "los judíos" para hacer distinción entre diferentes grupos de judíos, no tan sólo entre judíos y gentiles.
Los antecedentes judíos de Juan
Juan no creía que la observancia de las fiestas era sólo para los judíos. Él era judío y desde su niñez había estado bien familiarizado con la declaración de Levítico 23: "Habla a los hijos de Israel y diles que las fiestas solemnes del Eterno, mis fiestas solemnes que proclamaréis como asambleas sagradas, son éstas" (v. 2, Reina-Valera Actualizada). Los versículos 4 y 37 dicen: "Estas son las fiestas solemnes del Eterno . . ." Juan entendió que todas las fiestas pertenecen en último término a Dios y aunque fueron reveladas primeramente a las 12 tribus de Israel, son para todos los pueblos, naciones y grupos étnicos.
Juan estaba familiarizado también con el hecho de que los judíos asociaban la Fiesta de los Tabernáculos con los gentiles, no sólo con los judíos. En Zacarías 14:16 se declara: "Y todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, al Eterno de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos". Durante los siete días de este festival se sacrificaban 70 becerros (Números 29:12-34); esto lo asociaban los rabinos con las naciones gentiles. El comentarista David Stern dice lo siguiente: "El rabino El'azar dijo: 'Estos 70 becerros, ¿a qué corresponden? A las 70 naciones' (Sukkah 55b). En la tradición rabínica, el número tradicional de las naciones es 70; los 70 becerros son para hacer expiación por ellas" (Jewish New Testament Commentary ["Comentario judío del Nuevo Testamento"], 1992, p. 175).
Cuando Cristo vuelva, Juan se encontrará entre los santos resucitados que observarán la Fiesta de los Tabernáculos junto con la gente de todas las culturas y razas. Juan vivió con esta esperanza, aun antes de haberse convertido al cristianismo. Por lo tanto, es erróneo concluir que él escribió "la fiesta de los judíos, la de los tabernáculos" (Juan 7:2) para indicar que la fiesta estaba destinada exclusivamente para el pueblo judío.
El público de Juan
El público de Juan era en su mayor parte gentil. En su evangelio, él utilizó el cómputo de tiempo romano (Juan 19:14); en cambio, Mateo, Marcos y Lucas usaron el cómputo de tiempo judío. Por lo tanto, Juan adaptó su lenguaje para su público, que en su mayor parte era gentil. Él no quería decir que las fiestas estaban limitadas para los judíos solamente, sino al contrario, estaba haciendo una distinción acerca de las fiestas que Jesús había observado muchos años antes.
Los judíos de Judea
En ocasiones, la expresión "los judíos" se refiere a los que se encontraban en la región de Judea, a diferencia de los que se encontraban en otros lugares. Juan escribió acerca de un tiempo anterior cuando a los judíos que vivían dentro de un radio de 24 kilómetros de Jerusalén se les requería venir a Jerusalén para la fiesta. El comentarista Adam Clarke dice lo siguiente: "Juan, de origen galileo, con frecuencia da el título de judíos a los que eran habitantes de Jerusalén". Los judíos de Judea eran considerados como más dedicados a las prácticas del judaísmo de lo que lo eran los judíos fuera de Jerusalén. La frase "la fiesta de los judíos, la de los tabernáculos" tiene que ver con el aspecto geográfico, es decir, de los judíos de Judea; no es una declaración de exclusividad.
Juan escribe: "Después de estas cosas, andaba Jesús en Galilea; pues no quería andar en Judea, porque los judíos procuraban matarle" (Juan 7:1). En este caso, el término "los judíos" quiere decir aquellos judíos que estaban en Judea a diferencia de los muchos judíos que vivían en Galilea, que no procuraban matar a Jesús. Juan utiliza el calificativo "los judíos" para referirse a la situación geográfica de las fiestas de hacía 60 años. De manera que "la fiesta de los judíos, la de los tabernáculos" (v. 2) describió algo que tenía que ver con los judíos de Judea, a diferencia de otros judíos.
"Los diferentes festivales que Juan identifica como 'de los judíos' . . . son específicamente festivales de Judea. Son, desde luego, también judíos; eso se sobrentiende. Pero todos los festivales que Juan nombra . . . son festivales peregrinos, esto es, festivales durante los cuales a todos los de la religión judía les era requerido por la Torá ir a Jerusalén en Judea . . ." (Stern, op. cit., p. 159).
Cuando Juan asocia el término "los judíos" con una "fiesta", es una fiesta acerca de la cual había un mandamiento de viajar a Judea. Por ejemplo, el calificativo "los judíos" es omitido en relación con la "fiesta" de las bodas en Caná (Juan 2:8-9), y la "fiesta de la dedicación" (Juan 10:22), acerca de las cuales no había un mandamiento de peregrinación a Judea. Pero el calificativo "los judíos" se incluye cuando hay un mandamiento bíblico de peregrinación a Judea: "la pascua de los judíos" (Juan 2:13, 11:55), "la pascua, la fiesta de los judíos" (Juan 6:4) y "la fiesta de los judíos, la de los tabernáculos" (Juan 7:2).
Para finales del primer siglo los gentiles de la Iglesia de Dios habían estado observando las fiestas de Dios (1 Corintios 5:8; 11:25) por más de 60 años. La Iglesia de Dios ha observado siempre estas fiestas, pero la disminuida importancia de Judea como lugar de su observancia fue más evidente durante el tiempo en que se escribió el Evangelio de Juan.
Los dirigentes religiosos
Juan utilizó también el término "los judíos" para referirse a un pequeño grupo específico de los judíos de Judea: los dirigentes religiosos. Como se hizo notar arriba, Jesús "no quería andar en Judea, porque los judíos procuraban matarle" (Juan 7:1). Este grupo de judíos constaba principalmente de los dirigentes religiosos en Judea. Los "judíos" (dirigentes religiosos) desempeñaron un papel vital e instigador en la crucifixión de Jesús. Por lo tanto, Juan designó así a este grupo a lo largo de su evangelio.
Después de haber llegado él, "los judíos" (dirigentes religiosos) procuraron matarlo y "la multitud" estaba dividida (Juan 7:10-12). Luego, el versículo 13 dice: "Pero ninguno hablaba abiertamente de él, por miedo a los judíos". Notemos que la multitud tenía miedo de "los judíos". Pero ¿no era la mayor parte de esta gente judía? ¿Tenían miedo de sí mismos? Juan tenía que estar usando "los judíos" para hacer distinción entre los dirigentes religiosos judíos y el pueblo judío; de otra manera, estos pasajes son contradictorios. La "multitud" (aquellos que apoyaban a Jesús) tenía miedo de los dirigentes religiosos: "los judíos". La "multitud", no los dirigentes religiosos, estaba dividida en cuanto a su opinión de Jesús.
Esto lo confirman varios versículos de Juan 7: "Y se maravillaban los judíos, diciendo: ¿Cómo sabe éste letras, sin haber estudiado?" (v. 15). Es interesante notar que la Nueva Versión Internacional dice: "Por eso las autoridades judías lo buscaban . . ." (v. 11). Luego en el versículo 20: "Respondió la multitud . . ." En el versículo 31: "Y muchos de la multitud creyeron en él . . ." El versículo 43 menciona más disensión entre "la gente". Luego en los versículos 44 al 48 "los judíos" de este capítulo son identificados como "los alguaciles . . . los principales sacerdotes y . . . los fariseos".
Juan utiliza el término "los judíos" por todo su evangelio. En Juan 1:19 declara: "Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tú, quién eres?" En el Comentario exegético y explicativo de la Biblia se dice lo siguiente acerca de este versículo: "19. los judíos-es decir, los cabezas de la nación, miembros del Sanedrín. En este sentido peculiar parece que nuestro evangelista siempre usa el término" (tomo 2, p. 176). En The Wicliffe Bible Commentary ("Comentario bíblico de Wiclef") se explica: "Los judíos. Como es común en los escritos de Juan, esto quiere decir dirigentes de la nación. Estos sacerdotes eran de los fariseos (v. 24)". También A.T. Robertson, en su obra Word Pictures in the New Testament ("Imágenes verbales en el Nuevo Testamento"), dice que Juan suele utilizar la expresión "los judíos" para referirse "en particular a los dirigentes y autoridades judíos que se mostraron hostiles hacia Juan y Jesús . . ."
Fueron los dirigentes religiosos quienes llenos de odio gritaron poco antes de la crucifixión: "Cuando le vieron los principales sacerdotes y los alguaciles, dieron voces, diciendo: ¡Crucifícale! ¡Crucifícale! Pilato les dijo: Tomadle vosotros, y crucificadle; porque yo no hallo delito en él. Los judíos le respondieron: Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios" (Juan 19:6-7). Después de la crucifixión "los judíos . . . rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas . . ." (v. 31). Lamentablemente, la idea de que todos los judíos odiaron y mataron a Jesús ha llevado al antisemitismo. Los dirigentes religiosos, en su mayor parte, fueron quienes encabezaron esta conspiración, y no el pueblo judío en general.
¿La fiesta de los gentiles también?
Es interesante observar que Juan también incluye otra información penetrante acerca de aquellos que asistieron a "la pascua de los judíos" (Juan 11:55). Durante el tiempo de Jesús, ciertos gentiles también guardaban las fiestas de Dios: "Había ciertos griegos entre los que habían subido a adorar en la fiesta" (Juan 12:20). Normalmente, la palabra griega traducida como "griegos" (hellen) se refiere a "un griego por nacionalidad . . . en un sentido más amplio, el nombre abarca a todas las naciones que no eran judías y que habían adoptado la lengua, las costumbres y conocimiento de los griegos" (Thayer's New Greek-English Lexicon ["Nuevo diccionario griego-inglés de Thayer"]). Estos "griegos" eran gentiles incircuncisos; por lo tanto, se les distinguía de los prosélitos. No obstante, "ciertos griegos" observaban las fiestas bíblicas y otras costumbres que no requerían la circuncisión. Nótense las dos citas siguientes.
F.F. Bruce, en su New Testament History ("Historia del Nuevo Testamento"), dice: "Los tres grandes festivales peregrinos eran (i) . . . la Fiesta de los Panes sin Levadura . . . (ii) la Fiesta del Pentecostés . . . y (iii) la Fiesta de los Tabernáculos o de las Cabañas . . . Judíos de todas partes de la Diáspora hacían un esfuerzo para venir a Jerusalén para uno u otro de estos festivales. Con ellos venían prosélitos y hasta gentiles temerosos de Dios . . ." (1969, p. 140).
Paul Johnson escribe en A History of Christianity ("Historia del cristianismo"): "Filón, también, proyectó en su filosofía el concepto de una misión gentil, y escribió con gozo: 'No hay una sola ciudad griega o bárbara, ni un solo pueblo, al que la práctica de la observancia del sábado no se haya extendido, o en el que los días de fiesta, el encendido de luces y muchas de nuestras prohibiciones acerca de los alimentos que no sean acatados'. Esta afirmación era generalmente verdadera . . . Gran parte de esa gente no era de raza judía. Tampoco era completamente judía en el sentido religioso: esto es, muy pocos de ellos estaban circuncidados y no se les exigía que obedecieran la ley en todo su rigor. La mayoría de ellos eran noachides, o temerosos de Dios. Ellos reconocían y adoraban al Dios judío y se les permitía mezclarse con los que adoraban en la sinagoga para que aprendieran la ley y las costumbres judías . . . no se esperaba, generalmente, que se convirtieran en verdaderos judíos . . ." (1995, p. 12).
Con toda probabilidad, fue de entre los gentiles que guardaban las fiestas que Dios llamó el núcleo de los conversos gentiles al cristianismo: "La sinagoga, entonces, le dio al apóstol de los gentiles una base de operaciones conforme él llevó a cabo su misión, y en una ciudad tras otra fue entre los temerosos de Dios, que se encontraban al margen en la sinagoga, que él encontró el núcleo de la iglesia" (Bruce, op. cit., p. 147).
Es pues obvio que Juan con frecuencia utilizó el término "los judíos" para hacer distinción entre diferentes grupos de judíos, por ejemplo, entre los habitantes de Judea y los dirigentes religiosos. Y cuando el calificativo "los judíos" se encuentra asociado con las fiestas de Dios, Juan subrayó el significado geográfico del peregrinaje a Judea. El apóstol Juan, su evangelio, la historia y toda la Escritura apoyan la vigencia de las fiestas para todos los cristianos, judíos y gentiles.


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