Por. Nuño Domínguez (ES MATERIA)
La spalax puede vivir sin apenas
oxígeno ni necesidad de vista. Su genoma, publicado hoy, desvela su secreto
para ser inmune al cáncer.
Era invierno de 1948 y un joven
llamado Eviatar Nevo araba un campo en el norte de Israel. De repente la mula
tropezó con algo y se paró en seco. El obstáculo que descubrió entre la tierra
marcaría el resto de su vida y su carrera como científico. “Vi una fantástica
estructura hecha de tierra con tres compartimentos diferentes en los que se
almacenaban otras tantas especies vegetales. La limpieza era tal que estas no
germinaban y permitían conservarse como comida”, recuerda hoy Nevo, al teléfono
desde Israel. Aquel día, entre la tierra de aquel campo de patatas, este biólogo
también descubrió un nido con crías de una especie nueva para la ciencia: la
rata topo ciega de los montes de Galilea (Spalax galili). Más de 60 años
después, nuevos estudios muestran que ese animal es prácticamente inmune al
cáncer, un privilegio hasta ahora solo reservado en mamíferos al ratopín
rasurado. Más peluda que el ratopín y menos social, ya que no forma colonias,
el estudio de las diferentes especies de spalax podría ayudar a encontrar el
secreto para que los humanos puedan vivir una vida más larga y sin cáncer.
Las estructuras con las que Nevo
tropezó aquel invierno son los graneros en los que las ratas topo ciegas
guardan raíces y frutas de las que se alimentan. Otras estancias sirven de nido
y otras, de estercolero. Están hechas con la arena apelmazada que estos
roedores sacan del subsuelo al cavar galerías y túneles con sus prominentes
incisivos. Durante décadas, Nevo ha descrito la espectacular biología de este
roedor que puede alcanzar los 35 centímetros y el medio kilo de peso. Es capaz
de respirar en ambientes sin apenas oxígeno, vive cinco veces más que un ratón
común y, lo más importante, parece inmune al cáncer.
“Durante 40 años hemos hecho
experimentos con miles de ratas topo ciegas y, de todas ellas, solo una
desarrolló cáncer”, explica Nevo desde su despacho del Instituto de Evolución
de la Universidad de Haifa (Israel), un centro de investigación él mismo fundó
en 1970. A sus 85 años, Nevo firma hoy un estudio junto a un consorcio de más
de 50 científicos de China, Israel, Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y
otros países en el que se aporta el primer genoma completo de la rata topo
ciega. El trabajo, publicado en Nature Communications, también aporta el
transcriptoma, otra pieza clave para entender cómo esta especie lee y traduce
su excepcional secuencia genética para vivir una larguísima vida en oscuridad,
en ambientes asfixiantes y sin cáncer.
Por ahora el campeón indiscutible
contra el cáncer es el ratopín rasurado, una especie que vive en África. Es 10
veces más longeva que un ratón y es totalmente inmune al cáncer. Aunque son
parientes muy lejanos (sus linajes se separaron hace unos 70.000 años) el ratopín
y la rata topo ciega comparten adaptaciones muy similares a su vida
subterránea, oscura y sin oxígeno que las hacen especies únicas para la
investigación del cáncer.
Las células de la rata topo ciega
literalmente matan al cáncer. Es algo que el equipo de Aaron Avivi, otro de los
firmantes del estudio, demostró el año pasado usando células de varios tipos
tumorales. De hecho la rata topo ciega no desarrolla cáncer aunque se le
inoculen dos potentes productos químicos carcinógenos que sí causan tumores en
el 100% de ratones o ratas que los reciben. Por eso Avivi es un acérrimo
defensor de la rata topo ciega como nuevo modelo animal y ha llegado a decir
que esta debería sustituir a los ratones convencionales en la investigación del
envejecimiento y el cáncer. Según el investigador, la rata topo ciega segrega
una sustancia única que es capaz de eliminar tumores. Esto, a su vez, podría
ser la antesala de un nuevo tratamiento contra el cáncer en humanos.
Pero antes hay que comprender
mejor cómo este animal resiste al cáncer. El estudio publicado hoy muestra que,
sorprendentemente, la rata topo ciega tiene una mutación que también tienen
muchos enfermos de cáncer y que acelera la progresión de los tumores. El
defecto en cuestión está en el gen p53, también llamado el guardián del genoma
por su importancia para evitar el cáncer. El p53 actúa cuando hay daños o
estrés en las células, por ejemplo defectos en el ADN que pueden causar la
aparición de tumores. Cuando esto sucede, el guardián obliga a la célula a suicidarse,
bloqueando así la posible progresión de un tumor. La rata topo ciega tiene este
gen parcialmente desactivado, lo que debería matarla de cáncer. Pero en lugar
de esto, el estudio actual muestra que esa mutación parece permitir a las
células de la rata topo ciega seguir vivas a pesar del estrés causado por la
hipoxia, la ausencia de oxígeno que domina en sus túneles. Sin esa mutación,
argumentan los investigadores, el p53 estaría activado continuamente y la rata
topo ciega moriría.
El secreto de la rata topo ciega
es haber desarrollado su propio remedio contra el cáncer. El estudio actual
desvela que el animal tiene una doble copia de otro gen del sistema inmune que
ayuda a combatir virus y otros ataques, incluido el cáncer. Su nombre es ifnb1
(interferón beta 1) y la rata topo ciega ha evolucionado para tener dos copias
del gen en lugar de una, como les sucede a los ratones, las ratas e incluso al
célebre ratopín. Esta doble copia refuerza el sistema inmune y su lucha contra
posibles amenazas, incluido el cáncer.
“Creo que esta capacidad será
absolutamente transferible a los humanos”, asegura Nevo. “Nuestro estudio
también desvela 100 genes de la rata topo ciega que están relacionados con la
hipoxia, un problema que también es clave para el desarrollo del cáncer”,
resalta. Y añade: “También hemos desvelado todos los genes que aportan la
resistencia del cáncer”.
Pero, al igual que con el
ratopín, queda mucho camino por andar. Por ahora nadie ha conseguido transfomar
el conocimiento de estos escudos contra el cáncer en tratamientos para humanos
o cualquier otra especie. “Este nuevo estudio ofrece una imagen global de mucha
importancia, pero por ahora el mecanismo de protección propuesto es solo una
hipótesis, no una explicación definitiva”, explica sobre el estudio Manuel
Collado, uno de los pocos investigadores españoles que trabaja con células de
rata topo ciega en España. Collado, jefe del Laboratorio de Células Madre en
Cáncer y Envejecimiento, en Santiago de Compostela, apunta que el siguiente paso
será “intentar reproducir el mismo mecanismo de protección contra el cáncer en
otros organismos que no lo tienen de forma innata, como el ratón”.
El gran problema es que, a parte
de Nevo y otros grupos israelíes, casi nadie mantiene colonias de rata topo
ciega para su estudio en laboratorio, señala Collado. Esto a su vez hace
difícil confirmar la validez de estudios como este. En parte por eso son tan
lentos el avance del conocimiento de esta especie y los intentos de transferir
su inmunidad al cáncer a otras especies, incluida la nuestra.
Referencia:
- 'Genome-wide adaptive complexes to
underground stresses in blind mole rats Spalax' doi:10.1038/ncomms4966
Fuente imagen: ES MATERIA
Editor: Teólogo-Ingeniero Informatico: Roberto Romero
Prensa Digital Notic Voz el Cajigalense; Yaguaraparo, Municipio Cajigal, Estado Sucre, Venezuela.
Dirección Internet: http://robertoromeropereira.blogspot.com/
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