PETICIÓN DE SANCIÓN POPULAR
JOSE
ISIDRO CORDERO
¿Puede una
representación popular llegar a ser tan ignorante de las garantías que le proporciona su propio
status? ¡Sorprendido! podría considerarse
palabra demasiado sutil para acentuar sobre el estado anímico que me
embargó al escuchar a una diputada del
sector oficialista emitir una serie de improperios contra la diputada María
Corina Machado. Estimo que ningún
venezolano común, sin responsabilidades de gobierno, se caló, frente al
televisor o la radio la falta de consideración de nueve horas y medias que el
Presidente ocupó en presentar Memoria y Cuenta a la Nación. Muchos oyeron el
maratónico discurso a pinceladas, me incluyo entre éstos. En una de esas
pinceladas, ya dejando atrás la noche su adolescencia, oí la apasionada
intervención de una diputada, esmerada
en obtener aplausos de su bancada, que
entraba en trance pidiendo a la Fiscalía General de la República, a la
Presidenta del Tribunal Supremo de Justicia, al Presidente de la Asamblea
Nacional y al pueblo –Bueno, a las adiestradas barras- congregado en el
hemiciclo, que enjuiciaran a la Diputada Machado por haber intervenido en la
cesión y haber admitido como cierto lo que el Presidente, en forma
interrogativa pedía que le dijeran; fue cuando él hizo alusión a la serie de expropiaciones
llevadas a cabo por su gobierno, a lo que la diputada María Corina ripostó
diciendo que esas acciones eran evidentes robos a los propietarios. Allí, el presidente
interrogó: “¿Entonces, yo soy un ladrón?” La Machado, vivaz como nunca, tiró la expresión: “Usted lo ha dicho, Presidente”.
Esa
expresión de María Corina, fue como la oración última esperada para que la
diputada del oficialismo obtuviera la gracia de la posesión de algo como sobrenatural
que pedía a gritos respeto para el señor Presidente y condena ejemplarizante
para la ofensora. Olvida o desconoce la diputada del oficialismo que la
presentación de la Memoria y Cuenta, por parte del ciudadano Presidente de la
República, es un acto político, el cual
debe ser sometido a las consideraciones de los diputados en sus condiciones de
representantes del pueblo, y que por tal motivo, y en concordancia con disposiciones
constitucionales, cualquier opinión al respecto está guarnecida por el
privilegio de la inmunidad parlamentaria. Desconoce la diputada del oficialismo
–negada ella misma como representante del pueblo- que el primer poder de la
República es la Asamblea Nacional porque ella resume todas las orientaciones de
la voluntad popular de la Nación; es decir, la Asamblea Nacional es la
verdadera esencia de la soberanía popular, por encima de la cual no puede haber
ningún poder. Por el contrario, el Poder Ejecutivo, y aun más, su representante
máximo: el Presidente de la República, se concreta mediante la voluntad de una
parte, por supuesto, sustancial de voluntad popular, pero no la es toda.
De manera tal que, cuando la diputada del oficialismo
pide a otros poderes y a las barras que sancionen a la diputada Machado, insinúa
que el Presidente de la República es infalible y resume él todo el poder de laNación. En ese instante
su exacerbado fanatismo la conduce a negarse como representante del pueblo, por
tanto, su petición se revierte hacia ella.
Editor: Teólogo–Informático: Roberto Romero
PRENSA DIGITAL NOTIC-VOZ "EL CAJIGALENCE" Yaguaraparo, Municipio Cajigal, Estado Sucre, Venezuela.
Dirección Internet: http://robertoromeropereira.blogspot.com/
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