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lunes, 19 de septiembre de 2011

Colombia: la otra batalla para acabar con las FARC




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Guerrillera de las Farc


Colombia: la otra batalla para acabar con las FARC



 El presidente Santos hizo un nuevo llamado a la desmovilización de las FARC. Pero, ¿qué significa ser una persona desmovilizada en la Colombia de hoy?
Aunque el diálogo con las guerrillas continúa siendo una posibilidad lejana, el gobierno colombiano no está intentando acabar con el conflicto armado únicamente por la vía militar.
Para las autoridades la principal medida del debilitamiento de las FARC y el ELN tal vez sea el número de guerrilleros muertos o arrestados.
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Pero los insurgentes continúan teniendo abierta la puerta de la desmovilización.
Este domingo, el presidente Santos destacó los "casi dos mil capturados" y los "cerca de 500 (miembros de las FARC) dados de baja" en lo que va del año.
Pero, hablando desde Marquetalia, el "lugar de nacimiento" del más antiguo y poderoso de los grupos guerrilleros colombianos, el mandatario también envió otro mensaje.
"Desmovilícense, dejen las armas, renuncien a la violencia, renuncien al terrorismo y ahí esteremos listos para darles una oportunidad en la vida civil", prometió.
Y, de hecho, entre enero de 2007 y mayo de este año la Alta Consejería Presidencial para la Reintegración, ACR, ha certificado la desmovilización, a título individual, de 11.226 combatientes.
Esto es más de 2.500 cada año.
Pero, ¿qué significa ser una persona desmovilizada en la Colombia de hoy?
Reintegración y violencia
Bajo las normas de justicia transicional vigentes en el país, las personas desmovilizadas están obligadas a contribuir a la reconstrucción de la "memoria histórica", compartiendo los detalles de su involucramiento con los grupos armados, y a contribuir con la reparación de las víctimas del conflicto.
Y, a cambio, no sólo conservan su libertad, sino que reciben el apoyo del Estado en su proceso de reintegración.
Esto incluye atención psicosocial, asistencia médica, la posibilidad de completar su educación y capacitación laboral.

La ACR supervisa y acompaña a los desmovilizados en sus "rutas de reintegración".
Y también pueden contar con la asesoría y los recursos necesarios para iniciar un negocio propio, si es que eso hace parte de las "rutas de reintegración" que están obligados a seguir bajo la tutela de la ACR.
Se trata, sin dudas, de una oferta atractiva.
Y para hacerla llega a los alzados en armas, las invitaciones a demovilizarse acostumbran interrumpir, por ejemplo, la narración de los partidos de la selección nacional de fútbol.
Históricamente, sin embargo, Colombia no siempre ha recibido con los brazos abiertos a los exmiembros de los denominados "grupos armados ilegales".
Los desmovilizados de las FARC que conformaron el partido Unión Patriótica en 1985 -en el marco de las negociaciones de paz sostenidas con el entonces presidente Belisario Betancourt- fueron prácticamente exterminados por grupos paramilitares y las fuerzas de seguridad, que asesinaron al a menos 1.163 de sus miembros -aunque muchos de ellos no eran desmovilizados, sino simpatizantes con las ideas y propuestas del movimiento-.
Y en la memoria de muchos colombianos subsiste el recuerdo del asesinato, en abril de 1990, de Carlos Pizarro, el líder del grupo guerrillero M-19, tan sólo meses después de haberse reintegrado a la vida civil.
Reincidencia y estigmatización
Las autoridades reconocen que la violencia en contra de las personas desmovilizadas continúa siendo un problema de actualidad.
La Alta Consejería para la Reintegración registró, entre 2003 y julio de este año, el fallecimiento de 2.447 desmovilizados, sobre un universo de 53.479 personas que incluye tanto a exguerrilleros como a los exparamilitares que se acogieron a la Ley de Justicia y Paz de 2006.
Según Oscar Cortés, de la unidad de comunicaciones de la ACR, esto implica una tasa de mortalidad superior a la del resto de la población.
Las Bacrim, no
La Alta Consejería para la Reintegración tiene bajo su tutela a todos los desmovilizados de 2003 a la fecha.
En principio, esto equivale a unas 53.479 personas, pues la ACR trabaja tanto con exguerrilleros como con los integrantes de los grupos paramilitares que se acogieron a la Ley de Justicia y Paz de 2006.
Los miembros de las actuales bandas neoparamilitares dedicadas al narcotráfico, sin embargo, ya no son considerados sujetos de desmovilización, pues para el gobierno se trata de simples bandas criminales ("Bacrim"), que deben rendir cuentas a la justicia ordinaria.
Los beneficios contemplados en las normas de justicia transicional tampoco aplican para las personas desmovilizadas que hayan cometido delitos luego de su desmovilización.
Pero esta "no se puede comparar con los históricos anteriores", le dijo a la BBC.
Y Mauricio Romero, coordinador académico de la Corporación Nuevo Arcoiris -una ONG fundada por exmiembros del ELN que se desmovilizaron en 1994- comparte esta valoración.
Según Romero, el principal problema de los desmovilizados no es tanto la seguridad como el reto de reintegrarse a la sociedad a partir de su condición de pobres.
"Y entonces la tentación de volver a reincidir en temas de narcotráfico es muy alta. Esos muchachos, y ya adultos, viven siempre como en el filo de volver a caer, a reincidir", le dijo a BBC Mundo.
"Yo diría que la tasa de reincidencia en el caso de los 'paras' es como 20, 25%. En el caso de la gente de las FARC es mucho menos, como del 10%. Pero sí una característica en ellos es siempre estar en ese borde del precipicio", agregó.
La Alta Consejería para la Reintegración, sin embargo, maneja una tasa de reincidencia (en actividades delictivas) mucho menor: de apenas un 6,7% del total histórico de personas desmovilizadas.
"Y esto incluye acusaciones por cosas como demandas por alimentos en casos de paternidad, ventas de CDs piratas, cosas así... No todos los casos de reincidencia tienen que ver con delitos de alto impacto", le dijo Cortés a BBC Mundo.
"Nos consideramos normales"
Para el funcionario de la ACR, en la sociedad colombiana persiste una imagen errada de las personas desmovilizadas.
Y es tanto por eso, como por motivos de seguridad, que incluso las que han completado exitosamente su proceso de reintegración por lo general prefieren mantener en silencio esa parte de su pasado, lo que no ayuda a acabar con la estigmatización.
"No mucha gente (sabe que estuve en las FARC). Porque nosotros pensamos que eso ya es tema del pasado. Ya nos consideramos normales, gente normal"
Flor, desmovilizada
Flor, una exmiembro de las FARC que accedió a compartir su historia con la BBC, es, en ese sentido, una excepción.
Esta joven de 23 años que ingresó a la guerrilla a los 15 ya está a punto de completar su "ruta de reintegración" y actualmente trabaja en una importante cadena de supermercados en Bogotá.
Sus jefes saben de su breve paso por la guerrilla, a la que se integró en un esfuerzo por huir de la violencia que reinaba en su casa.
Y su historia también la conocen algunos compañeros de trabajo, aunque no porque ella esté especialmente interesada en divulgarla.
"No mucha gente (sabe que estuve en las FARC). Porque nosotros pensamos que eso ya es tema del pasado. Ya nos consideramos normales, gente normal", le dijo a BBC Mundo.
"Pero no lo intento esconder. Si llegan a saber o algo y hacen preguntas yo les contesto lo más mínimo y ya", agregó.

Flor (de espaldas) actualmente trabaja para una importante cadena de tiendas.
Flor ha sabido aprovechar las oportunidades ofrecidas por su "ruta de integración", completando su bachillerato y varios cursos de capacitación, empleando demás el apoyo económico ofrecido por la ACR para pagar parte de la prima de una casa junto a su compañero.
Y es un buen ejemplo de lo que algunas personas desmovilizadas pueden lograr en Colombia, a pesar de las dificultades.
No todas las historias, sin embargo, apuntan hacia la misma conclusión feliz.
Y, como le dijo a BBC Mundo Romero, la reintegración plena de todos desmovilizados probablemente tenga que esperar a la resolución definitiva del conflicto.
"En un contexto donde todavía no ha finalizado el conflicto, donde todavía se están cometiendo hechos de sangre, tu asocias la condición de exguerrillero o excombatiente con la situación actual", le dijo a BBC Mundo.
"Y eso hace muy difícil no tener cierta prevención, por lo menos frente a un personaje que ha participado en acciones de sangre", concluyó.
Editor: Teólogo–Informático: Roberto Romero PRENSA DIGITAL NOTIC-VOZ "EL CAJIGALENCE" Yaguaraparo, Municipio Cajigal, Estado Sucre, Venezuela.Dirección Internet: http://robertoromeropereira.blogspot.com/

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