Por. Daniela Saidman
Fue un febrero de 1985 cuando el
cantor del pueblo quedó sembrado en la memoria de estas tierras que llevan
entre sus voces los cantos libertarios.
La voz de Alí Primera (Coro, 31 de
octubre de 1941 - Caracas, 16 de febrero de 1985) es para nuestra geografía
siempre verde y mineral una bandera enarbolada a todos los cantos y luchas. Su
canción es palabra libertaria, eco de los sueños colectivos, que abrigan otro
mundo, ya no sólo posible sino imprescindible. Pero no sólo es la voz de la
protesta y la valentía del pueblo, sino que también es verso, caricia nacida
del tacto y la utopía realizable.
Alí fue entre muchas otras cosas
un hombre comprometido con las mujeres y hombres de su tierra, por eso será
siempre voz de los sin voz. Cantor del pueblo, de todos los pueblos.
La canción de Alí Primera, voz
urgente y libre, nombra lo más y mejor de nuestro suelo. Alí vive, como viven
siempre los valientes, los héroes nacidos de los ríos y los vientos, vive en
las manos, los ojos, los labios y la piel ardiendo. Vive en fin, en su canto,
cantándole al pueblo.
Y por su canción necesaria,
imprescindible en estos tiempos, el Gobierno Bolivariano declaró en 2005 su
música como Patrimonio Nacional, como un acto de justicia, como una llamarada
de conciencia y de memoria.
Durante una entrevista, la última
que le hizo Mariam Núñez, el 24 de enero de 1985, Alí refiriéndose a la canta
imprescindible, dice que “nosotros hablamos de canción, no de recital, de
concierto. Nosotros montamos una canción por la victoria, la canción por la
unidad del pueblo, la canción por la patria buena. Hemos fundado canciones que
ya se convierten en instituciones culturales de los diferentes pueblos de
nuestro país, toda canción de un hombre de pueblo es válida y es necesaria”.
Breve semblanza
Este Alí que ha trascendido los
tiempos y que de niño fue limpiabotas y hasta boxeador, supo navegar libre y
conmoverse por las ajenas hambres y los dolores todos. Su voz se alzó como un
estandarte en los patios de la Universidad Central de Venezuela en los inicios
de 1960. Humanidad y No basta rezar fueron sus primeras composiciones.
Con el cuatro y la guitarra a
cuestas Alí partió rumbo a Europa, donde estuvo entre 1969 y 1973, gracias a
una beca que le otorgó el Partido Comunista de Venezuela (PCV) para continuar
sus estudios en Rumanía. Allí grabó Gente de mi tierra, su primer disco.
De regreso a Venezuela, Alí
Primera estuvo vetado en las empresas informativas. Sus denuncias que nacían de
lo más hondo de la rabia y la ternura, eran reflejo de los rostros de quienes
pasaban hambre, de los niños descalzos y sin escuela, por eso terminó fundando
Cigarrón, su sello discográfico, a través del cual grabó Canción para los
valientes, La Patria es el hombre, Canción mansa para un pueblo bravo, Cuando
nombro la poesía, Abrebrecha, Al pueblo lo que es de César y Con el sol a medio
cielo, entre otros discos.
Trece discos de larga duración
legó Alí a las generaciones por venir. Su canto necesario estuvo presente en
numerosos festivales en toda la América Nuestra. Y tal vez entre las canciones
que son banderas que agitan cientos, miles de voces en esta patria
latinoamericana se encuentran Paraguaná, paraguanera; José Leonardo; Techos de
cartón; Cruz Salmerón Acosta; Reverón; Flora y Ceferino; Canción mansa para un
pueblo bravo, Sombrero azul, Ahora que el petróleo es nuestro, y tantas otras.
Pero además el padre cantor de Venezuela llenó con su ofrenda cada espacio
disponible, cada fábrica, cada calle, cada escuela, cada sueño.
La Autopista Valle-Coche de
Caracas lo vio por última vez. Su muerte se produjo el 16 de febrero de 1985 en
un accidente automovilístico. Pero ni la muerte pudo silenciarlo. Alí está
sembrado en estas tierras y en los pueblos que empuñan su canto como un fusil,
como un anhelo.
La visión amorosa de Alí
Pero la canción necesaria de Alí
supo ser también canto amoroso, enamorado de la vida y sus santos, santas y
señas. Y es que las manos del hombre que construyen sueños, aman también el
espeso ramaje de pieles y roces que se tejen en el recuerdo. La mujer amada
encontró en la voz de Alí Primera el tibio amanecer del tiempo. Y estará
siempre allí, para los que necesiten cantar amores y libertades.
El amor en todas sus dimensiones
se hace presente. Sus labios cantan los deseos, las ganas de otros presentes,
más dulces, más tiernos, más justos... Se le quedó la vida en sus luchas y sus
gentes. Venezuela tiene tanto de Alí, que lo anunciamos cuando andamos arando
la tierra libre y los amores buenos.
Que su canto no se pierda, que
viva siempre entre los que han desesperado de tanto esperar, que florezca bueno
y sabio. Que su canto sea siempre presente, para alumbrar los días que habrán
de venir, cuando sus versos nazcan verdad.
Con el sol a medio cielo (fragmento)
“Con el sol a medio cielo
me di cuenta que la vida
le daba la bienvenida
y un abrazo al compromiso
Con el sol a medio cielo
y teniendo el cuerpo preso
sentí cabalgar el canto
profundo en el sentimiento
Y he seguido en la pelea
aligerado de peso
siempre volará la idea
aunque se pudran mis huesos
Velero, será siempre el hombre
y el mar es la vida intensa
y el hombre, navegando en ella
naufraga y se pierde
si no tiene impulso”
Ilustración de la periodista y
trovadora venezolana Yolanda Delgado
(Desde Venezuela. Colaboración
para ARGENPRESS CULTURAL)
Editor: Teólogo-Informático Roberto Romero
Prensa Digital Notic Voz el Cajigalense; Yaguaraparo, Municipio Cajigal, Estado Sucre, Venezuela.
Dirección Internet: http://robertoromeropereira.blogspot.com/