por Software Bíblico Logos
En nuestro artículo anterior
aprendimos algunos principios esenciales en relación al significado y el valor
de la pascua tal como fue instituida por Dios en el Antiguo Testamento.
En este segundo blog de la serie,
deseo que consideremos la forma en que la pascua judía fue celebrada por
nuestro Salvador. El Señor utilizó esta, la más importante de las fiestas
judías, como el punto de partida para la institución de la Cena del Señor y la
inauguración del Nuevo Pacto.
Logos 6 incluye múltiples
recursos para ayudarle a analizar los textos de las Escrituras relevantes a
este tema y descubrir el glorioso valor de esta celebración.
Podemos resumir las observaciones
hechas en el vídeo de la siguiente manera:
1. Al celebrar la última pascua
con sus discípulos, nuestro Señor Jesucristo modificó la ceremonia tradicional
para otorgar un nuevo significado a la cena, al pan, y a la copa de vino (Lc.
22:14-21). Ahora damos gracias, no por el cordero que libró a Israel de Egipto,
sino por el Salvador que con su cuerpo y su sangre otorga eterna redención a
todo aquél que cree. La última pascua se convirtió en la primera santa cena, el
símbolo de la inauguración del Nuevo Pacto (Lc. 22:14). Esta cena ya no
apuntaría más a la liberación de la esclavitud temporal en Egipto, sino al
sacrificio de Cristo, el cordero de Dios, quien entregó su vida y derramo su
sangre en la cruz para darnos libertad y redimirnos de la esclavitud del
pecado.
2. En la institución de la Cena
del Señor, nuestro Salvador escogió utilizar la copa y el pan como los
elementos memoriales de su cuerpo y de su sangre (Lc. 14:19-20). Por esta
razón, en la Santa Cena no sacrificamos a un cordero, ni derramamos sangre.
Nuestro cordero fue sacrificado por nosotros, en aquella pascua, una vez para
siempre, y con ello obtuvo eterna salvación para su pueblo escogido (vea 1 Cor.
5:7 ; Heb. 10:12-14).
3. En la cena celebramos con
gratitud el sacrificio del Hijo de Dios por dos razones:
Nos recuerda que ahora vivimos
una nueva etapa en el programa del reino de Dios. Ahora somos beneficiarios del
Nuevo Pacto inaugurado en la cruz (Lc. 14:16).
Nos recuerda que nuestra
esperanza esta en el futuro, en la consumación del reino de Dios (Lc. 14:16). Al
comer el pan y beber la copa, esperamos con plena certidumbre el día que el
reino de Dios sea establecido por completo. El día que nuestra redención llegue
a su conclusión gloriosa. Ese día, la celebraremos una vez más en la presencia
inmediata de nuestro Salvador.
4. En la cena, el Señor nos
invita a recordar activamente. Hacemos esto en memoria de Él. El cristiano no
celebra con recuerdos pasivos sino con actos significativos. Actos que en el
presente, nos trasladan al pasado y al futuro. Comemos el pan y bebemos el
vino, y al hacerlo regresamos a aquél viernes donde el perfecto amor de Dios
por nosotros se desplegó en la cruz. Pero al mismo tiempo saltamos al domingo,
al gozo de la tumba vacía, a la realidad del Cristo resucitado y glorificado. Y
de allí, somos llevados al futuro, a la consumación del reino cuando nos
sentaremos con él y celebraremos su sublime gracia, y adoraremos por siempre a
nuestro Rey soberano.
Antes de terminar, quisiera que
observara algunos aspectos adicionales en relación a la pascua y la cena del
Señor:
Sin lugar a duda, la celebración
de la pascua y de la cena del Señor son eventos trascendentales y esenciales a
la práctica de nuestra fe. Al participar en ellos no pase por alto los
principios mencionados en este breve análisis.
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Editor: Teólogo-Ingeniero Informatico: Roberto Romero
Prensa Digital Notic Voz el Cajigalense; Yaguaraparo, Municipio Cajigal, Estado Sucre, Venezuela.
Dirección Internet: http://robertoromeropereira.blogspot.com/
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