Por Sonia González
Si no está dispuesto a imprimirle una buena dosis de ánimo a
lo que dice, es mejor que no lo diga. El ánimo es la vida de la comunicación.
El alma de su mensaje.
La palabra ánimo —según el Diccionario de la Real Academia
Española, DRAE—, viene de la raíz etimológica del latín anĭmus, y este del
griego ἄνεμος, soplo.4
Ánimo: 1. Alma o espíritu, en cuanto es principio de la
actividad humana: su estado de ánimo es excelente. 2. Valor, esfuerzo, energía:
no pierdas el ánimo. 3. Intención, voluntad: lo hizo con ánimo de ayudarte. 4.
Se usa para alentar o esforzar a una persona: ¡ánimo, campeón! 5. dar ánimos,
loc. animar. 6. Cobrar o levantar el ánimo, loc. animarse. 7. Tener ánimos.
loc. Tener ganas de hacer una cosa: no tengo ánimos para ir a la fiesta.5
En el libro El líder resonante crea más, del famoso
psicólogo y periodista del New York Times, Daniel Goleman, este afirma que:
Uno de los signos más evidentes del líder resonante es el
optimismo y el entusiasmo que exhiben sus subordinados. La resonancia amplifica
y prolonga el impacto emocional del liderazgo. Este tipo de líderes sabe
movilizar en los demás el estado de ánimo más adaptado a las circunstancias,
utilizando su empatía para sintonizarse con el tono emocional de sus
subordinados.6
El líder que muestra ánimo, ya cuenta con un gran porcentaje
de su éxito ganado. Porque la demostración de ánimo resuelto y dispuesto es, en
gran parte, una declaración de valoración a su equipo. Las actitudes de ánimo
le permiten a la gente sentirse importantes para el líder.
El ánimo es uno de los indicadores más contagiosos que
pueden llevar a un equipo a convertirse en ganador. Por eso los grandes coaches
de los equipos deportivos, más que técnica, lo que saben imprimir a su gente es
el ánimo suficiente para entrar a la cancha a ganar el partido.
En medio de una presentación gerencial, por técnico que sea
el tema, el indicador de que los contenidos son interesantes, importantes,
determinantes para los resultados, es el ánimo que le imprima el expositor. Lo
mismo sucede en los medios de comunicación con los presentadores o en los
espacios comerciales.
Los mejores vendedores, los que más cumplen las metas del
mes, son aquellos que le imprimen una gran dosis de ánimo a todo lo que dicen.
La gente les compra lo que sea, solo por el ánimo que le imprimieron a la
venta. Porque el ánimo en la comunicación es uno de los principales
motivadores. Genera un efecto impresionante que puede llegar a persuadir.
En cambio, una persona con desánimo no convence ni persuade,
no vende nada. Sus palabras, por buenas que sean, caen en el hondo abismo del
aburrimiento. Porque sin ánimo no hay vida. Y sin vida no hay nada. La
comunicación inteligente es por lo tanto, como dicen mis queridos amigos de
Costa Rica… ¡Pura vida!
Bibliografía:
4. «Ánimo»,
Diccionario de la Real Academia Española,
http://lema.rae.es/drae/?val=%C3%A1nimo.
5. «Ánimo», Diccionario de la lengua española © 2005,
http://www.wordreference.com/definicion/%C3%A1nimo.
6. Daniel Goleman, Richard Boyatzis y Annie Mckee, El líder
resonante crea más (Barcelona: Plaza y Janes Editores, 2002).
Tomado del libro ¡Power people! © 2013 por Sonia González A.
© Grupo Nelson.
Editor: Teólogo-Ingeniero Informatico: Roberto Romero
Prensa Digital Notic Voz el Cajigalense; Yaguaraparo, Municipio Cajigal, Estado Sucre, Venezuela.
Dirección Internet: http://robertoromeropereira.blogspot.com/
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