Ética, Función
Pública y Administración.
De lo que se ha
dicho, se puede establecer que el desarrollo de la función pública profesional
es una condición necesaria, pero no la única para un mejor gobierno. La función
pública meritocracia constituye un recurso disponible para la mejor gestión de
los asuntos públicos, que conciernen al conjunto de la sociedad. Las reformas a
la función pública deben contar con la participación de los representantes
electos y de la sociedad civil, ya que su participación es clave en el proceso
de cambio. De ahí la importancia de la interacción del gobierno y la sociedad
civil y de ésta entre sí, ya que el poder de la sociedad civil reside en su
capacidad de discutir, denunciar y proponer.
Otro aspecto a
tener en cuenta es la democratización de la función pública como camino para
que el servicio civil cumpla su desempeño de acuerdo al interés público. Así la
responsabilidad de los funcionarios exige dar cuenta no sólo al interior del
servicio, sino a un espectro más amplio de actores, políticos, usuarios y
ciudadanos. Por último es dable señalar que la ética pública va más allá del
estricto cumplimiento de la legalidad vigente como parámetro de moralidad, es
así que Rodríguez Arana señala que se debe combatir el paradigma, que supone
una desnaturalización de lo que siempre se ha entendido como parámetro de
actuación de los funcionarios públicos. Es el planteamiento legalista en virtud
del cual la ley es el paradigma de la moralidad. Transparencia Internacional
expresa: no es suficiente que los gobiernos tengan sólo estructuras basadas en
reglas o sustentadas en su cumplimiento. Los sistemas de cumplimiento por sí
solos pueden motivar, de manera inadvertida, a que algunos servidores públicos
ejerzan sus funciones simplemente al filo del mal comportamiento, argumentando
que si no violan la ley, ello significa que están actuando éticamente.
(Transparencia Internacional, 2000, p. 276).
La ética debe
proporcionar una capacidad de reflexión y de análisis de los problemas que
plantea la función pública con la idea de servicio a la colectividad. Debe
existir un planteamiento ético del trabajo administrativo, ya que de lo
contrario se vacía de contenido la labor de los funcionarios públicos. En
definitiva la idea de servicio público está vinculada con el Estado democrático
y social de derecho y por el respeto de los derechos fundamentales. La
Administración Pública en cuantos servidora de los intereses de la colectividad
debe promover el libre ejercicio de los derechos de los ciudadanos, siendo éste
el contenido esencial de la ética del servicio público.
Quienes desempeñan funciones y en
la Administración Pública en general- deben desarrollar su actuación dando
preeminencia a la idoneidad profesional, la oportunidad, la honestidad, la
responsabilidad, la celeridad, la economía y la eficiencia, con estricta
observancia a la normativa legal y sub legal, adicionalmente, deben adecuar su
comportamiento a los llamados Principios Filosóficos que inspiran y conforman
la acción contralora, que debe ser conteste con el concepto de Probidad
Administrativa, entendida no sólo en el estricto campo de subordinación con la
Administración Pública, sino que la misma se extiende aún, a los actos del
funcionario que no guarden relación con las responsabilidades ligadas a su
cargo, debido a que su estatus funcionarial exige mantener en todo momento una
conducta íntegra y digna, teniendo en consideración que la conjunción de los
elementos referidos con anterioridad constituyen lo que se conoce como
Solvencia Moral.
Editor: Teólogo-Ingeniero Informatico: Roberto Romero
Prensa Digital Notic Voz el Cajigalense; Yaguaraparo, Municipio Cajigal, Estado Sucre, Venezuela.
Dirección Internet: http://robertoromeropereira.blogspot.com/
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